Anduin: ¡No lo entendéis! –dijo alzando su espada con ambas manos– ¡La espada está ligada A MÍ!
Dicho esto, enterró la hoja en el suelo, creando así un aura oscura y poderosa. Esta aura lo envolvió por completo.
Sylvanas: ¡Anduin!
Aunque Sylvanas trató de acercarse a él, ya era muy tarde. El aura de poder maligno lo cubría y evitaba que cualquiera se acercase, y esta misma aura era la energía del ataque mágico que él estaba apunto de realizar. Un hechizo de muerte muy poderoso que ya lo conocían muy bien; y de hecho, hace mucho también habían visto un hechizo similar en cierto hombre quien ya había muerto hace años.
Este hechizo no sólo los sentenciaría a una muerte segura, sino que condenaría para siempre a Anduin, debido que debía dejar que todo su ser fuese consumido por la espada para que el hechizo se realizara.... Pero a él no le importaba; debía cumplir la voluntad de su señor, el Carcelero.
Anduin: Cumple tu propósito final: Annihilation!! ¡El destino que tienen todos aquellos que portan la espada!
Este dejó que su esencia fuese absorbida por las runas de la hoja, y justo cuando estaba apunto de entregarse por completo al poder de la espada y lanzar ese hechizo.... Una mano fuerte y firme, pero suave y cálida tocó su hombro.
???: Hijo mío...
Anduin abrió sus ojos de asombro y confusión. Él reconocía esa voz grave pero serena, aunque no había vuelto a escuchar esa voz desde que aún era muy joven, pero no creía que pudiera ser él. En medio de esa oscuridad en la que estaba, él notó una luz al lado suyo y, aún con dudas, giró lentamente su cabeza...
Anduin: «....¿Pa-p-padre..?»
No podía creerlo. Quien tocaba su hombro no era nada más ni nada menos que su difunto padre, el rey Varian Wrynn, quien estaba resplandeciendo en una luz dorada. Se suponía que él había muerto a manos del brujo orco Ghul'dan y cuya alma se creía que había sido destruida por el mismo brujo. Anduin estaba asombrado e incrédulo. No podía creer que de verdad era él, y ni siquiera sabía si era posible que él pudiera estar presente; no sabía con exactitud lo que sentía en este momento.
Su padre sólo le sonrió.
Varian: Hijo, la espada no le pertenece al poder de las tinieblas. Recuerda que lo que la forjó fue el valor.
???: Y también... –alguien más tocó su otro hombro– ...el honor.
Anduin rápidamente giró su cabeza, y para su gran sorpresa, se trataba de su amigo orco Varok Saurfang, quien aunque fueron una vez enemigos, unieron fuerzas por un bien en común y terminó por convertirse en su amigo y quien lo apoyó en su día. Y si bien, él también había muerto gracias a Sylvanas en un intento fallido por recuperar lo que quedaba de la Horda. El viejo orco resplandecía al igual que el rey Varian y mostró una sonrisa entre dientes al ver el rostro maravillado e intrigado de Anduin.
Los dos seres que él más apreciaba antes de corromperse ahora estaban ahí, justo en este preciso momento. Andiun no sabía si de verdad eran ellos realmente o si sólo eran productos de lo que quedaba de su conciencia, pero aún así, se sentía como si fueran ellos. Andiun sentía un estremecimiento en su interior al volverlos a ver. Y también pensaba en lo que ellos le estaban diciendo.
¿La espada no le pertenecía a las tinieblas? La verdad es que originalmente no; ella había sido un arma forjada para el bien y la justicia. Y desgraciadamente terminó siendo maldita por el Carcelero, cuando corrompió por la fuerza a Anduin y tomó control de él.
Pero más que a la espada, se referían más que todo a él. Él.... había nacido bajo la bendición de La Luz Sagrada. Desde su nacimiento le habían enseñado los valores que formaban a un hombre de bien. Él, desde niño, había sido instruido en el camino de la verdad, la justicia, la sabiduría y la valía. Él se convirtió en un gran hombre justo, al igual que su padre, al igual que su abuelo el rey Llane Wrynn; al igual que todos los reyes y hombres buenos que hubieron en Azeroth....
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¡Bendito sea este príncipe caído!
FanfictionLuego de que el alma del antiguo Rey Exánime, Arthas, fuese despedazada y consumida en las fauces de las Tierras Sombrías, todo lo que quedó de su espíritu herido fue una chispa que aún conservaban sus recuerdos... Desgraciadamente, esa chispa termi...