1) Colegio.

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Est, cariño, ya es hora de levantarse —tocó mi puerta delicadamente.

—Estoy despierta, mamá.

—Te esperamos abajo para desayunar.

Me he despertado hace un rato y quería hacerme la dormida y no ir al colegio, pero como mis padres no se pierden una..

Me pare y fui directo al baño como quién no quiere la cosa, total, un día que llegue tarde no le hace mal a nadie.

Cogí mi cepillo de dientes, le puse la pasta y me dispuse a cepillarme mirando mi reflejo, nada favorecido en el espejo. Tengo unas horribles ojeras como un mapache y los ojos hinchados de tanto llorar por cosas que aún no entiendo.

Suspiré y me dispuse a bañarme para ir al cole.

Después de bañarme me puse mí uniforme bastante planchado por mí, que consiste en una falda un poco más arriba de las rodillas, azul marino; camisa manga corta, blanca con el logo del colegio; medias largas y blancas y zapatos escolares, negro.

Me hice un moño mal hecho porque mi cabello está enredado, el cual no tengo la más mínima intención de arreglar, y me puse un poco de maquillaje para tapar mis ojeras, y si, mis padres no saben que lo uso, así que es mi primer secreto hacia ellos y no me siento bien con ellos, pero ellos no lo entenderían.

—¡Lista! —tome mi mochila y mientras voy bajando los escalones me permití darle mi mejor sonrisa a mis padres una vez estuve en la cocina—. Buenos días, pah —fui a donde él y lo abracé fuertemente, él me correspondió el abrazo y me dio un besito en la coronilla.

—Buenos días, mi niña, ¿Como amaneciste? —se separó un poco del abrazo para verme.

—De maravilla —le di una sonrisa genuina, aunque no me siento para nada bien.

—Desayuna pronto que se hace tarde —me derrumbó el moño.

—¡Papá! —se echó a reír y yo le mire feo.

Ore brevemente, desayuné y espere a que mi padre termine para irnos, mientras mi madre nos ve con una sonrisa.

Me siento como una hija fatal por ocultarles cosas y además mentirles en sus caras últimamente, tan descaradamente.

Dice la biblia que si crías a tus hijos en el camino de Dios nunca se apartaran de el después de grandes, ¿Pero que pasa si eres débil y las cosas juegan en tu contra y no sabes que hacer? Siento como que ya no es lo mismo, no me siento como antes al ir a la iglesia y eso me causa llanto porque pienso en muchas cosas que no debería.

—Vamos, cariño —se paró y fue a donde mi madre para despedirse con un beso en los labios. Yo puse cara de aburrimiento.

—Nos vemos más tarde, mah —bese su mejilla y salí detrás de mi padre.

—¿Crees que te llamen a la atención por llegar tarde? —preguntó una vez estuvimos en el carro, está nervioso. Sí tan solo supieras, papá.

—Lo dudo —me límite a decir.

Él emprendió el viaje con música suaves cristianas y yo me dispuse a mirar por la ventana del vehículo, porque sé que no me diran nada por llega un poco tarde.

Me mordí los labios, quizá, solo quizás yo.. yo no lo di todo y por eso estoy pasando por esto.

Mi padre parqueo un poco más abajo de la puerta del colegio, me despedí con un beso en la mejilla y me baje, una vez afuera él se fue y me permití soltar todo el aire de mis pulmones para entrar a mi sofocante vida.

Vi a Esdras al lado de la puerta esperando por mí, y mi corazón se alegró, por lo que me sentí aliviada de que esté aquí.

—¡Puchi! —corrí como loca hasta él y lo abracé fuertemente.

IDEALES CORROMPIDOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora