1.Rosas

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Lavanda se encontraba en la iglesia organizando el desastre dejado por los muchachos en la última misa, se encontraba feliz haciendo su trabajo, al día siguiente cumplía 3 años de relación con su querido Sargento.

No podía esperar para ver qué sorpresa le tendría su novio por su aniversario, un millón de ideas pasaban por su cabeza, tal vez un picnic en la colina en la que se dieron su primer beso y tanto frecuentaban, o un paseo cerca del bosque mientras el mayor hacia sus rondas de vigilancia, tal vez le traería algún dulce de los que tanto adora como cuando recién lo estaba cortejando.

Termino de organizar todo y se dirigió hacia su habitación, tal vez Caricias lo visitaría esa noche en su habitación y dormirian abrazados como suelen hacer cuando el de pelaje marrón se encuentra demasiado cansado como para volver a la suya, luego de una de sus visitas nocturnas.

Cambió su ropa por su pijama y se metió entre las cobijas dejando el lado de la cama más cercano a la puerta vacio, si Caricias venía solo tendría que meterse a la cama y dormir a su lado.

La felicidad inundó su ser al escuchar como la llave que le había dado a Caricias era introducida en la cerradura de la puerta, pero se preocupo un poco cuando giro rápidamente y la puerta fue abierta de golpe para luego ser cerrada de un portazo, seguramente estaba enojado, y eso nunca era nada bueno.

Bastante asustado trato de hacerse el dormido, sintiendo como su osito se metía en la cama junto a él.

Creyó que esta noche tendría suerte y su novio simplemente se dormiría a su lado hasta la mañana siguiente.

De la nada sintió como era abrazado desde atrás, eso lo hizo sentir feliz y le dio esperanzas, las cuales fueron rotas cuando las traviesas manos de él de ojos amarillos comenzaron a hacerse camino entre su camisón dirigiéndose a su pecho, tenía miedo de moverse, tal vez si se quedaba quieto, él se aburría y lo dejaría dormir.

Pero claramente la suerte no estaba de su lado, el oso más grande comenzó a pellizcar y estimular sus pezones, pero lo hacía de una forma brusca, no era tierno como la mayoría de veces, eran caricias bruscas levemente desesperadas.

No pudo evitar soltar un ligero quejido de dolor cuando el mayor saco ligeramente sus garras rasguñandole un poco.

Esto hizo sonreír al oso a sus espaldas quien confundió ese quejido con otro tipo de sonido.

Siguió unos minutos con su tarea escuchando más sonidos del menor, adoraba su voz.

Más no se pudo quedar quieto durante más tiempo, giro bruscamente al de pelaje lila mientras lo besaba desesperadamente, no le vendría mal un poco de acción luego del día del asco que había tenido.

Lavanda estaba aterrado, sabía lo que esto significaba, no tendría problema con complacer a su novio si no fuese porque cuando esté estaba enojado se volvía bastante bruto e impaciente, ocasionando así que el no pudiera disfrutarlo, ya que el dolor de los rasguños y el de su entrada no preparada no se lo permitían.

Trato desesperadamente de alejarse, tal vez si le decía que estaba cansado lo dejaría en paz, pero no pudo siquiera separarse del demandante beso ya que la fuerza de su pareja era mucho mayor a la suya.

Las lágrimas comenzaron a salir de sus azules ojos, tenía mucho miedo del dolor que sabía que esto le ocasionaría, y también estaba tan frustrado por no poder hacer nada, comenzó a ahogarse, después de todo su pareja tenía mayor capacidad pulmonar que el, y su desesperación no ayudaba a mantener el oxígeno.

El de complexión más fornida finalmente se separó del beso, momento en el cual su novio aprovecho para actuar.

L:-Cariño, hoy no porfavor, estoy muy cansado.

Tu amor es tan fuerte que duele - sargdre (sargento caricias x padre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora