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Estando nuevamente cara a cara con esta incómoda situacion, Shen Qingqiu sólo se permitió suspirar audiblemente, dejando que el calor de su aliento impactará en los acuosos ojos de su enamorado

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Estando nuevamente cara a cara con esta incómoda situacion, Shen Qingqiu sólo se permitió suspirar audiblemente, dejando que el calor de su aliento impactará en los acuosos ojos de su enamorado.

Hoy, había sido un tema algo más serio. Luo Binghe siempre había sido un hombre algo inseguro, y su consorte lo sabía perfectamente. El azabache tenía miedo muchas cosas. Temía que su Shizun encontrará a alguien mejor que él, temía que su Shizun simplemente se cansará de lo pegajoso que era, y finalmente, temía con toda su alma que su Shizun lo abandonará.

Esta inseguridad suya había sido mostrada a Shen Qingqiu varias veces, en ocasiones de una forma directa, como cuando el Señor de la Cumbre Qing Jing fue enfrentado a las crudas palabras de un Luo Binghe poseído por su espada demoniaca. O a veces en sutiles e indirectas actitudes de su afectuoso esposo.

¿Cuáles actitudes?, te preguntaras. Bueno, como cuando le rogaba a Shen Qingqiu que se quedara con él todo el día, en vez de ir a prestarle atención a otras personas, impidiéndole normalmente atender sus labores como uno de los Señores de la Cumbre. Siempre mirándolo con esos ojitos de cachorro, que estaban a punto de dejar caer las primeras lágrimas.

O como cuando le hacia preguntas capciosas a su maestro, preguntándole en un falso y lastimero tono triste cosas como quien era la persona que más amaba su maestro en el mundo, con quien disfrutaba más hablar, o cosas más directas, como si él alguna vez lo dejaría para escaparse con Liu Qingge o Yue Qingyuan.

Claramente, ante esas tontas preguntas solo recibiría un regaño de su Shizun. Pero Luo Binghe no estaba complacido con eso, él haría cualquier escándalo y/o rabieta solo para conseguir que Shen Qingqiu contestara honestamente sus preguntas.

En esta ocasión, eso era precisamente lo que estaba pasando.

Ambos habían llegado de una tediosa reunión cansados, quedándose momentáneamente en la casita de bambú de la Cumbre Qing Jing por la cercanía de esta. Y bueno, también por la insistencia de Luo Binghe, que quería quedarse a toda costa al menos una noche en aquel atesorado lugar, que tanto lo llenaba de recuerdos. Shen Qingqiu sólo accedió a la idea por como el cansancio lo estaba agotando, dejándolo sin fuerzas para llevarle la contraria a su terco marido.

Desde que habían entrado, Luo Binghe estaba con su clásico rostro de cachorro triste. Shen Qingqiu hasta podía imaginarse dos pequeñas y caídas orejas en su cabeza. Al parecer, Luo Binghe realmente estaba deprimido, ya que sólo en esas situaciones esperaba que su consorte tomara la iniciativa de preguntar por su lamentable estado.

Este maestro se encuentra preocupado por su discípulo, no ha estado siendo él mismo desde que llegamos. ¿Hay algo que Binghe quiera compartir con este esposo? - A pesar de su cansancio, hizo un esfuerzo por sonar realmente preocupado. Normalmente, sólo ignoraria el estado de Luo Binghe, ya que sabía que al día siguiente ya se le habría pasado. Pero la insistente y llorosa mirada de su esposo simplemente ya le había comenzado a fastidiar.

¡binghe, deja ya de llorar! ✷ bingqiuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora