El Oxxo, nosotros

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Nunca me sentí tan inquieto

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Nunca me sentí tan inquieto. ¿Juanito? De verdad que esto lo cambia todo. Llevaba meses mirándolo y de la nada resulta que me llega su solicitud de amistad. ¿Porqué?

Mi corazón decidió aceptar, obligándome a apretar el botón correspondiente. Mi alma estaba inquieta y mi cabeza empezó a sacudirse, no como una migraña, sino más como la falta de control que tenía sobre mi cuerpo.

Llegó el primer mensaje...

Lo leí...

"Hola, eres tú" preguntó él

En un mensaje muy poco claro, difuso incluso. Aunque quisiera, no podía responderle, pero lo hice, diciendo lo siguiente:

"Si, soy yo, ¿que tal?" respondí yo

"Eres divertido, incluso chistoso, quisiera conocerte un poco más, no suelo hablar mucho por dm. Escribes mensajes buenos xddddd, así que quisiera hablar por videollamada, te parece?"

Mi interior no podía soportarlo, mis órganos levitaban y el rumbo de mi andar me dió un nuevo fruto. No quería, pero sólo era por los nervios, por suerte me decidí y al cabo de unos minutos le envié un nuevo enunciado que demostraba, de una vez, lo que yo quería.

"sí"

Procedí a apretar el botón de llamada, mi micrófono estaba encendido, no pude pensar en otra que en Juanito, que llevaría puesto o cual sería el ángulo de la cámara. Cómo se vería esta vez su preciosa cara mirándome con esos sexys ojos a través de sus vistosos anteojos. Lo amaba sin saberlo, yo lo adoraba sin conocerlo, no podía esperar a sentir su polla dentro mio.

Ahí estaba, Compuvideos. Su bello rostro relucía a través de la cámara. Llevaba un suéter gris y una arrugada polera color azul. Yo acababa de eyacular, sin embargo sentí como mi palito se activó.

-Hooooooola!- exclamó feliz compuvideos.

No podía creerlo, Compuvideos, mi media naranja, mi alma gemela, mi razón de vivir, lo único que me faltaba, estaba ahí. Mis temblores denotaron presencia. Muy nervioso y con la voz temblorosa, me atreví a responderle:

-bue...buenas...

No quería que Juanito tuviera la más mínima idea de la atracción que sucumbía ante mí, por lo que traté de disimular mi vergüenza

-Hola wey, ¿consideras que el nacionalismo es el camino del progreso?- quedé anonadado, ¿porqué preguntaba algo así? no tenía sentido, pero... nada tenía sentido!!!

-ni puta idea carnal - respondí, y con una valentía incomprensible, le pregunté algo. Si tan solo la mínima luz de esperanza saliera a dar sol, el destino me correspondería mi petición. -¿Donde vives?.

-Soy de Guadalajara- respondió él

Mi órgano reproductor masculino denotaba presencia, era imposible no reaccionar con aquellas fabulosas facciones ante mi. Las venas de mi miembro comenzaron a palpitar. Juanito es de la misma ciudad en la cual vivo, no podía resistirme ante la tentación y en secreto, me empecé a masturbar en secreto.

-Yo también soy de ahí! - exclamé con una voz dudosamente pasiva.

Mientras mi palma continuaba con su carnal compromiso, logré visualizar como mi amado Compuvideos mencionaba:

-Bien, quisiera verte mañana, ¿quedamos para ir oxxo de Camino Los Leales?

Quisiera haberle respondido al instante, no obstante mi pitote empezaba a soltar la tímica sustancia similar al yoghurt que solía tragar de pequeño, sin ninguna clase de remordimiento.

-O...Ok- dije en el más lamentable estado. Por suerte mi cámara no estaba encendida, contrario a la de él.- nos vemos mañana a las 8.

-Hasta luego, que dios te bendiga- dijo él antes de despedirse, dejándome con una vacía sensación de desamparo y soledad. Tuve el mundo por unos minutos, pero ya lo he perdido.

O al menos hasta mañana...

Me dirigí nuevamente a mi lecho, esta vez para sencillamente acomodarme en el más profundo sueño

A la mañana siguiente, siendo un día viernes, tuve mi típico día escolar, nada fuera de lo común, tuve a Juanito todo el tiempo dentro de mi cabeza. Sin sacarme el pensamiento ni un solo segundo.

Por fin eras las 7, le mencioné a mis padres que me iría a pasar la noche en casa de uno de mis amigos. Ellos aceptaron sin tomarle mucha importancia. No podía quedarme más conforme con su negligencia.

Caminé directo hacia el oxxo en el Camino Los Leales. Las señales del andar me indicaban el sendero hacia mi objetivo. A medida que avanzaba, mis pulsaciones aumentaban, mi ritmo cardiaco aumentaba como mi gigantesco miembro el día anterior.

Llegué a mi destino, y ahí estaba. Sentado con aquella desafiante mirada, con esa preciosa cara que tantas veces me había hecho venir. Era como aquel directo, pero a diferencia de una cámara, Juanito se veía incluso más radiante, más guapo y resaltante que antes. Él estaba bien arreglado, con una reluciente camisa azul y unos buenos pantalones marrones. ¿Qué debía hacer? ¿Sacarme los pantalones y masturbarme ahí mismo?

Mis asquerosos pensamientos cesaron en el instante en que Compuvideos se acercó para decirme:

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Mis asquerosos pensamientos cesaron en el instante en que Compuvideos se acercó para decirme:

-¿Eres tú?

No había vuelta atrás, este era un punto sin retorno. Tenía que decir algo para no ser humillado

-Si... yo... soy...- y con un tono más natural pregunté - ¿cómo estás?

Eran como 500 pulsaciones por segundo, paralizado por su bonita apariencia y sus atractivos ojos, mis potentes venas no daban abasto. Pero antes de que me diera un paro cardiaco, respondió:

-Bastante bien, el otro día estaba en un debate de mierda, unos homosexuales me querían joder...

Continuamos conversando por alrededor de una hora y media. Realmente planeaba quedarme a dormir en casa de un amigo si el que Compuvideos no me recibía en la suya. Luego de estar un buen rato logré convencerlo de irme a dormir con él. Logramos establecer una confianza irrompible, una amistad al estilo de esas que uno consolida durante años. Estar con él era como dormir en el cielo, acostándome en las suaves y esponjosas nubes en plácida somnolencia.

Llegamos a su hogar, era un bonito apartamento de cinco pisos. Sus padres estaban de vacaciones, en consecuencia estuvimos solos. De repente, me pilló una sorpresa.

-Las camas están en arreglo, pero podremos dormir en la habitación de arriba.

En ese punto mi alma se encontraba agitada, pero a la vez serena. Acepté, sin embargo, no me esperaba el siguiente enunciado...

-Creo que tendremos que dormir en la misma cama.

...

Mi relación con Compuvideos, una Historia de OssaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora