Dorothea acostumbra arder en cada sentimiento tiempo más tarde, provocando un deterioro emocional bajo el consuelo de una almohada, sola, en la oscuridad de la noche. El lápiz que sostiene con tanta firmeza en su mano cuando escribe muchas veces es el único canal de desahogo. Si bien todo siempre fue anónimo, no contó con la nariz del joven encargado de la oficina de correos metida en sus asuntos, leyendo sus cartas secretamente mientras todos sus compañeros duermen.
En el último envío de Dorothea, Hoseok descubre el verdadero destinatario de tal desgarradoras palabras. Siguiendo las órdenes de su trabajo comunitario, reportar dicha situación a la directora del internado es la idea responsable que debe acatar. Pero un chantaje le impide seguir con su trabajo, y Hoseok no da indicios de querer oponerse a romper ciertas reglas. Con tal de guardar su secreto.
La intersección de estos dos adolescentes destinados en pleno siglo XXI, demuestra el poder del caos creativo creciente en sus cabezas y decreciente en sus responsabilidades.
Se dice "fiestas, drogas, caos, frustración, discusiones, tareas, sarcasmo, misterios..."
Pero se deletrea "H.O.S.E.O.K. Y .D.O.R.O.T. H.E.A"
Nota:
Holaaaaaaa. He vuelto con algo nuevo después de mucho tiempo. Si estás leyendo esto: Muchísimas gracias por decidir leerla. Le pondré mucho esfuerzo para que tengan algo de calidad.
Tendrá capítulos breves, y la historia será corta. Y como siempre, espero no decepcionarlos 💜
Besos, Maxwell.
ESTÁS LEYENDO
No más cartas para Dorothea ©
Teen FictionLa intersección de dos adolescentes destinados en pleno siglo XXI, demuestra el poder del caos creativo creciente en sus cabezas y decreciente en sus responsabilidades. Aunque la diversión recién empieza, no podemos predecir quién puede llegar a esc...