¿Amigas?, att: Dorothea

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Es fin de semana, y el internado ofrece una sección de entretenimiento diseñada para estos días

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Es fin de semana, y el internado ofrece una sección de entretenimiento diseñada para estos días. Un espacio donde se prohíbe estudiar, te instan a despejarte totalmente de todo, casi de manera obligatoria, para disfrutar al máximo nuestro tiempo libre. Hay áreas de relajación, de entretenimiento, de fiesta e incluso de música.

La directora asegura que este programa, al presentar esta variedad de opciones, contribuye al desarrollo integral de cada uno de nosotros. Nos impulsa a explorar campos humanos diversos, desde la creatividad; donde brotan grandes ideas, hasta el ámbito estudiantil; donde el conocimiento nutre nuestras mentes.

Inicialmente, tenía la intención de dirigirme a la granja, para ver qué tal están mis plantas. Sin embargo, mi grupo de amigas propusieron ir al concierto, ya que están disponibles un sábado sí y otro no. Ya llevábamos dos meses sin participar, así que decidí unirme a ellas para no perderme el show.

Para la ocasión, elegí vestirme con ropa nueva: una falda violeta, una remera ajustada verde claro y mi cabello castaño recogido en una coleta. El calor resultaba insoportable en estas fechas.

Frente al espejo, observé mi cuerpo de costado y noté la presencia de mi grasa abdominal. Coloqué mi mano sobre ella y sentí un leve dolor al tratar de imaginar cómo sería sin esa imperfección, como diría mi madre. Sin embargo, la grasa no desapareció. Bueno, por algo será.

El concierto estaba repleto, y aunque no conocía a la banda Blackout, conformada por dos chicas y tres chicos, quedé cautivada por sus canciones. Al término de la segunda vuelta, ya me las sabía de memoria. Casi quedo afónica.

—¡Sigan esforzándose, lo están haciendo bien! —gritó el que supuse era el líder, Kenai, antes de abandonar el escenario, dando por concluido el concierto.

Los fuegos artificiales iluminaron el cielo celeste, y el humo de colores me hizo sonreír y saltar de emoción junto al bullicio de gritos a mi alrededor.

Después de salir, verificamos la hora y apenas eran las cinco de la tarde. Decidimos tomar un helado en las salas de karaoke. Pidieron cerveza, apenas con alcohol, y decidieron seguir cantando.

Las observo desde el sillón. Belén pidió accidentalmente cinco micrófonos, a pesar de que somos seis personas. No me molestó, para ser sincera. Pero... esto sí disminuyó un poco mi adrenalina, así que aproveché para sentarme y descansar.

A veces no está mal observar a las personas desde lejos.

Justo cuando comenzaron a cantar otra canción de Blackout, me di cuenta de que ya había oído bastante de su música pero no sabía que eran ellos.

—"What if we are what we want to be? We are this, we are more... What if you dare to run? What if we pay attention to the signs? ¡We are this, we are more...!" Trad: "¿Y si somos lo que queremos ser? Somos esto, somos más... ¿Y si te atreves a correr? ¿Y si le hacemos caso a las señales? ¡Somos esto, somos más...!"

Todas cayeron al suelo juntas, felices, provocándome risas. La canción es explosiva, y me gusta cómo la letra incita a correr y llorar, tiene una energía elevada. Quise tomarles una foto, deseando aparecer en ella, pero en su lugar esperé. Parece que Sophia leyó mi mente:

—Sácanos una foto —dijo, pasándome su cámara instantánea—. Oh, tú no...

—Descuida...

—Molto bene, eres un sol. —Me interrumpió a mitad de la oración.

Nadie se percató de que no habría foto conmigo, y que la cámara tiene temporizador, algo que siempre todas usan para las fotos grupales y que podía unirme a ellas.

Pero no.

Amplié mi sonrisa forzosamente, y tomé la cámara con las manos temblorosas. Ellas posaron y exclamaron en un gran grito:

—¡Smileee!

Flash. La foto salió hermosa, al igual que ellas.

Aunque continuó el karaoke, me sentía fuera de lugar y sin micrófono, otra vez.

Aunque continuó el karaoke, me sentía fuera de lugar y sin micrófono, otra vez

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