capitulo 1

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En las guerras los más inocentes son los que terminan siendo los que más sufren pero en el caso de visenya fue el resultado de un herror tras otro.

Cuando Lucerys Velaryon quedó exento de un castigo por quitarle el ojo a su tío Aemond, el resentimiento de este creció tanto que planeaba aniquilar a toda la descendencia de Rhaenyra.

Ese día se encontraba Aemond en el cuatro de la pequeña visenya Targaryen pero cuando la vio se dió cuenta que no podía ser hija de su hermana las fechas no coincidían la niña tenía un parecido con alguien que conocía bien y los recuerdos de hace once meses se dispararon en él.

Su tarea era sencilla conseguir la lealtad de una casa solo era ir y regresar pero encontró a su sobrino con una deuda pendiente.

No lo pensó mucho detuvo a Lucerys con la intención de cobrarle su ojo pero algo en él lo llevó a cometer algo más perverso atravesó su mente y forzó a Lucerys la cara de él llorando y gritando que parará, era algo que lo acompañaba en sus sueños más lindos y en sus pesadillas.

En los sueños lindos él lo acepta y está disfrutando de todo lo ocurrido, pero en las pesadillas o dios en esos sueños la culpa lo carcome, tal vez el hecho de haber cedido ante un bastardo. Quiere creer que es eso espera que sea eso por qué la cara de odio con la que lo vio Lucerys al terminar aquel acto es igual al que él le dió al quitarle el ojo no se va con los años, se queda para amargar cualquier aspecto de tu vida.

Los rumores sobre la muerte de la pequeña visenya desaparecieron para dar paso a que milagrosamente se recuperó y aunque seguía débil se tenía la esperanza que los siete fueran buenos y la dejarán vivir para ver a su madre en el trono de hierro.

Aunque se decía también que el joven Lucerys había contraído una extraña enfermedad que no le permitía pelear y lo obligaba a quedarse en su cuarto por temor de contagiar a alguien.

Nadie de los espías de los verdes o confiable podía hablar sobre la joven visenya ni del joven Lucerys para saber si era cierto lo que decían los rumores sobre ambos.

Así que durante lo que llevaba la guerra no lo volví a ver, su nombre ahora era sinónimo de muerte había matado a cualquiera que se interpusiera en su camino. 

Hoy era un día especial había logrado colarse a la fortaleza de los negros, podía acabar con todos con suficiente cigilo, abia valido la pena y el oro gastado para colarse hoy la guerra se ganaría para los verdes, esos fueron sus pensamientos al entrar.

Pero la cara de la bebé en la cual era la combinación perfecta de él y su sobrino su cabello chino pero Rubió la cara redonda pero la falta de la nariz aplastada, era muy pequeña aún para ser un bebé milagroso la pequeña tenía si acaso dos Lunas y todos los rumores se acomodaron el porqué la misteriosa recuperación de la hija de Rhaenyra lo extraña enfermedad de Lucerys, él era el listo de su familia no se necesitaba ser genio para saberlo una vez que la vio. Se permitió verla duránte un buen rato se pregunto todo de ella tanto que no se dió cuenta cuánto tiempo estuvo viéndola, ni cuando está desperto para ver esos ojos violetas tan hermosos que sintió que todo lo bueno de esta vida se reflejaba en ellos, el momento mágico se vio interrumpido por su llanto este se apresuró a tomarla en sus brazos como tantas veces lo abia echo con sus sobrinos pero no fue igual se sentía lleno como si algo que le faltará por fin estubiera en sus manos, la estaba meciendo cuando la puerta se habría de imprevisto no era necesario voltear para saber quién era solo estaba Lucerys y demás hijos menores en la fortaleza de los negros los sirvientes avían Sido sobornados para no llegar en toda la noche a las aviataciones de los príncipes y se avía encargado ya de los guardias.

Lucerys

Hace once lunas la vida le cambió, no de la mejor manera solo tenía que dar un mensaje, terminó siendo utilizado por su tío humillado en todo aspecto, el recuerdo sigue siendo amargo en todo aspecto.

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