Y O G I
Oscuridad.
¿Qué podías hallar en ella? Monstruos debajo de la cama, soledad infinita, dolor que recorría cada parte de tu cuerpo porque en la oscuridad atacaban los demonios, aquellos demonios que te tomaban desprevenido y que sólo existían en tu cabeza, donde podían consumirte a su antojo.
Pero eso había escogido él, había escogido la oscuridad antes que ver lo que sucedía a su alrededor, había preferido cerrar los ojos y fingir que todo estaba bien. Le sonreía con hipocresía al amanecer y avanzaba arrastrando los pies como si la carga sobre sus hombros pesase cada día más.Ese día no era excepción. Siguió su rutina, solo que esta vez después de ducharse, la ropa sobre su cama era diferente. Pudo sentir al tacto que no era su pantalón de chándal ni su camiseta agujereada, ¿jeans y camisa?
-¡Hirato! ¡¿Se puede saber qué es esto?! -tardó en oír el sonido de los zapatos del pelivioleta pero llegaron- Esto no se siente como mi ropa ¿qué es?
-Saldremos -se limitó a decir su compañero, casi hermano. Hirato conocía a Yogi desde que eran pequeños, con solo seis años de diferencia, se llevaban de maravilla y se conocían a la perfección. Cierto que sus diferencias eran enormes pero no era impedimento para su amistad.
-¿Hah? Pensé que saldrías con Iva, ¿Acaso no salieron ayer...? Oh, cierto, salen todos los días -el rubio le ofreció una sonrisa burlona obteniendo un golpe en la nuca- ¡Brusco!
-Solo... Cállate -sentó a Yogi en la cama y empezó a cambiarlo. Tenía los ojos cerrados y los labios curvados levemente, era la cara que siempre ponía y que siempre sacaba de quicio a Hirato, ¿cómo podía fingir felicidad y que no le afectaba nada? ¿Cómo podía reprimir el dolor? ¿O es que solamente lo ocultaba?
Terminó de ponerle la ropa y de colocarle la venda en los ojos para alcanzarle su bastón, lo usaba con maestría después de tantos años y lo admiraba.
-Me dirás a dónde iremos, ¿verdad? ¿Piensas dejarme en algún basurero a mi suerte? Hi-ra-to, hombre, hazme caso.
-Hablas demasiado, solo iremos dónde un amigo mío. Estudiamos juntos en la secundaria y quería presentártelo. ¿Contento? -la voz irritada de Hirato no hacía más que hacerle gracia, asintió con lentitud imaginándose como sería la voz de esta persona. Imaginar como era... No, eso no podía, eso le causaba dolor y de inmediato apartó ese pensamiento. Debía refugiarse en la oscuridad.
Allí donde pertenecía.
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Broken Strings
RomanceÉl estaba ciego, cegado por la oscuridad que llenaba su alma sin permitirse ver quién era la persona al final del hilo, la persona que lo amaría hasta que su aliento expire. ▫ ▫ ▫ Él no tenía esperanzas en el amor, como podría si su hilo estaba rot...