Aquí es donde todo pecador acaba, o eso es lo que ponía en el letrero del lugar. Y él seguía dudando que eso es lo que verdaderamente ponía.
Iba ebrio de todas formas, o era drogado... Tal vez fueran las dos porque acababa de entrar en el lugar donde decía en letras grandes y resplandecientes "the end".
Pero como ya he dicho, no estaba en las condiciones como para dedicarse a pensar en qué lugar se fuera a meter.
Ya no importa ahora.Lo primero visible era un pasillo oscuro con niebla dentro este, niebla que hacía al lugar más misterioso de lo que era. Él caminaba seguro que no sería tan malo lo que se encontraría al final del pasillo.
Nada era peor que estar muerto, pensaba.La niebla iba aumentando a cada paso, impedía la visibilidad, así que cerró los ojos y siguió caminando.
A él ya no le importaba nada, ya estaba muerto. No hay nada que ahora pueda remediarlo.
Absolutamente nada.
Ni un milagro.
Porque en este lugar no existían ese tipo de creencias.Mientras andaba recordaba que su madre, Rachel, le había mandado una carta desde muy lejos, muy lejos, enserio. Diciéndole que su vida es mucho mejor, sin su padre, lejos de él.
Esto le causó nostalgia, y una sonrisa tierna de parte del joven.Caminaba con ganas de saber qué había en "The end". Andaba cansado de seguir con los ojos abiertos, pero tenía que estar despierto para "The end".
Todavía tenía motivos por los que seguir caminando.
Porque "The end" siempre tiene algo que todos los pecadores, para ellos, este es objetivo, la recompensa por tantos años en ese mundo."Sigue andando" - Se trataba de convencer, sin apartar ojo del final del pasillo, porque ese es su objetivo antes de llegar allí.
Con pasos pesados, siguió andando, con las pocas fuerzas que le quedan, lo siguió haciendo.Andaba con ansias esta vez, ansias de la curiosidad, con ganas de conocimiento. Con ganas de algo nuevo esta vez.
Esta vez, estaba seguro de que su padre estaría orgulloso de él."Sigue andando" - Por última vez se repite. "The end" es donde debes de llegar, es donde debes acabar, es dónde empiezas con tu final. Todo pecador debe de estar allí, al menos una vez en sus vidas.
Le habían contado muchas historias impresionantes de este sitio y desde que era joven ha querido visitarlo más de una vez.
Todo pecador debe permanecer allí y llegar a tiempo a este.
Y Stuart no iba a quedarse atrás, ni mucho menos.Gritos, llantos, jadeos... Fueron escuchados por el perdido andante cuanto más se acercaba hacia su destino. Eso le daba gracia, ya que sabría que el lugar al que se dirigía iba a ser de lo más entretenido.
Una película.Esos pasos pesados que daba se convirtieron en zancadas grandes y rápidas. Tan rápidas como para decir que estaba corriendo por ese pasillo lleno de humo, de olores misteriosos, sin luces.
Así que voy a decir que él comenzó a correr.
Desesperado, con ganas de todo.
Corriendo empezó a captar sonidos, olores, sabores... Todos estos tenían una textura agria.
O así lo describía él mientras corría.Ahora todo es diferente, absolutamente todo, ahora él está corriendo por la muerte hacia el final del pasillo.
Ahora hay un reloj que hace "Tick-Tack"... "Tick-Tack"... "Tick-Tack"... A cada paso que da. Un paso, tick, otro, tack.
Esto le incomodaba demasiado al nuevo pecador, así que acelero sus zancadas para deshacerse del reloj que lo perseguía.Parecía imposible, no se pudo deshacer de él aunque más pudiera.
Pero siguió corriendo.Hasta que paró. Paró. En una pared, con un reloj a lo más alto de esta. El mismo reloj que hacía "Tick-Tack".
Acarició el objeto, extendiendo su brazo a una altura determinada y después lo golpeó con todas sus fuerzas para que dejara de sonar.
Y tuvo éxito afortunadamente.
