2. Tortura

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Todo mi cuerpo empieza a temblar por el miedo, pero respiro hondo y abro la puerta de la casa intentando irme de puntillas a mi cuarto para que nadie lo note, pero al momento de pasar por la sala de estar veo a mi tía quemando algo en la chimenea hasta que noto como parte de mi cuaderno de dibujos está en su mano y lo que se quema en la chimenea son mis dibujos.

Corro rápidamente hacia mi tía y le arrebato mi cuaderno, pero antes de que pueda hacer algo mas ella me toma del cabello intentando quitarme el cuaderno, pero me aferro a él con todas mis fuerzas.

—Entrégame el maldito cuaderno ahora Grace—dice ella con rabia y tomándome más fuerte del cabello.

—No—dije con la voz temblorosa, pero sin derramar una sola lagrima.

—Grace no me hagas subirte al cuarto negro— dijo con fuerza y mirando mis ojos esperando mi respuesta.

Con solo escuchar las dos ultimas palabras siento como mis ojos se cristalizan por el miedo, pero sabiendo en cuenta q si perdia este libro lo perdia todo.

—No— dije decidida mirando sus ojos.

Ella se sorprendió un momento por mi respuesta, pero luego me tomo del brazo arrastrándome hasta la el sótano yo solo intenté aferrarme a cualquier cosa, pero no pude así que me lanzo a una esquina de la habitación que conocía muy bien.

Intente como muchas veces correr hacia la puerta, pero ella era mas fuerte que yo así que me quito la camiseta que tenía puesta dejándome solo con mi top puesto, me amarro a la pared y con desesperación intente zafarme, pero ella fue más rápida tomando el látigo.

El miedo se propago por cada rincón de mi cuerpo provocando que las lagrimas inundaran mis ojos, al sentir el primer azote recuerdos con mis abuelos me inundaron, al segundo grite de dolor, al tercero empecé a tener un ataque de pánico y en los siguientes sentí que moriría como cada que entraba por esa puerta.

Al terminar me advirtió que si le volvía a tocar siquiera un pelo a Lea la próxima vez no serian azotes, en el momento en el que me libero salgo corriendo aun con la sangre callendo por mi espalda hasta llegar a mi habitación me puse frente al espejo mirando mi espada adolorida, con mucho cuidado cure mis heridas pero como toda herida esta me dejo cicatriz como todas las demas y aunque eran pequeñas estas son como marcas para mí, un pequeño recuerdo de lo que vivi.

Me tumbe en mi cama cansada y quedando completamente dormida por el cansancio pero sin antes derramar un par de lagrimas.

                                      ***

Mis ojos se abrieron de golpe sintiendo un dolor cegador cortarme la respiración, sentía como cada hueso de mi cuerpo se rompía retorciéndome con la indescriptible presión que sentía en mi pecho.

Y estando al borde del colapso el dolor se empieza a intensificar provocando que un grito desgarrador saliera de mi garganta sin dejarme un segundo más de dolor me desplome en el suelo.

Cursed loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora