Las Verdades de Lovely

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Lovely cinco años.

Primer grado, llego el gran día. Estuve toda la semana practicando las vocales y los números, aprendí a escribir mi nombre y algunas letras.

No me gusta, es aburrido.

Pero el abuelo dice que es por mi bien y para que en la escuela no me digan que soy una bruta que no sabe escribir su nombre.

Lovely Rogers, escribo en cursiva, aunque todos dicen que se ve lindo, yo no lo veo así, yo no entiendo ni lo que dice.

Llegamos a la escuela, un trayecto de no más de quince minutos en bicicleta, el abuelo tiene una bicicleta en donde se pueden sentar dos personas, yo voy atrás, yo quiero estar lejos, yo no soy su nieta y él no es mi abuelo, solo le digo así para que mi abuela esté contenta.

La escuela es grande, no es como el jardín de niños al que me llevaba papá, hay mucha gente y me doy cuenta de que todos los niños están acompañados por sus padres y algunos abuelos.

Yo me siento sola... no hay nadie para mí en este día.

Porque aunque la voz en mi cabeza sea repetitiva, él no es mi abuelo y no vino por mí, vino por su hija y yo venía para el mismo lado.

Minutos después entramos y lo pierdo de vista...

Mi tía me acompaña al lugar donde tengo que hacer la fila para esperar a mi maestra, cuando me deja aquí, se va enseguida.

Ella sigue enojada conmigo, tal vez porque la abuela me dio la ropa que ella no usa más, tal vez porque me dieron su pollera favorita, no lo sé.
No la culpo, a mí tampoco me gusta estar acá, me gustaría ir a la misma escuela que va mi hermano, me gustaría volver a vivir con mi papá y mi mamá.

~

Ya pasaron un montón de días desde que voy a la escuela… pero aún ninguno de mis padres me vino a ver. Ninguno me acompañó, ninguno vino a verme, aunque mamá me llama cuando puede, la última vez me contó que vivía en un departamento que tenía pileta.
Me prometió que iba a venir a buscarme y me iba a llevar a conocerlo.

Pero siempre que me llama me pongo a llorar, no lo puedo evitar aunque juro que lo intento, los extraño mucho, quiero volver a ver a mi papá.

Un año después.

Primer día de clases nuevamente... repetí primer grado.

El año pasado vino mi mamá y nos fuimos a la casa de un novio que ella tenía.
Ella no tenía el departamento con pileta, pero eso no importaba, ahora estábamos juntas de nuevo, pero no estaba papá, había otro señor, ya ni me acuerdo su nombre, pero tenía un hijo, Nick.

Así paso todo el año, entre idas y vueltas...
Unos días con mamá, otros con mi abuela en su casa, hasta que mamá se separó de su novio y volví a estar todos los días e casa de mi abuela.

A mi abuela le dijeron en la escuela que tenía muchas faltas y entonces tenía que repetir.
Mi abuela se preocupa por mí, ella no se enoja tanto si me hago pis, no me reta tanto como el abuelo.
Ella me deja mirar como cocina, mi abuela cocina rico y a mí me gusta mirarla hacerlo.

— Love, nena, llévale esto a tu abuelo —me dice ella cuando vuelvo de la escuela con mis tíos, este año es el primer año de mi tío Brandon, él es un año menor que yo y mi mejor amigo, aunque esto último nunca se lo dije.

— Si abuela —le digo mientras ella me da un vaso con jugo. El abuelo se sentía mal y por eso está acostado. Cuando llegó a su dormitorio lo veo acostado, tiene las almohadas de costado, cubriendo su abdomen y parte baja, tal vez le duele la panza. Una vecina me contó que su mamá tiene problemas estomacales y se pone paños tibios en la panza para aliviar su dolor, seguro él se está dando calor.