10. Interview
Tiene razón, de tener una profesión, ésa sería. Mas no ha elegido la pregunta correcta amigo mío. Estoy de acuerdo, mi radiante sonrisa ha sido tema de conversación global, conozco perfectamente mis dones, no tiene que recordármelos.
Mi cuerpo es perfecto por naturaleza: piel de alabastro, ojos color ébano, labios carmesí, cabello rizado, mejillas sonrosadas, brazos contorneados terminando en unas manos delicadas, senos firmes y de una redondez incomparable, glúteos bien formados, tersos muslos y la caja de placeres que descansa sobre ellos... En fin, creo que ningún otro ser ha alcanzado tanta belleza, y no miento cuando le digo que muchos han muerto por ella. Advierto que insiste en su pregunta. Antes que nada me siento en la necesidad de señalarle que está equivocado. Los hombres no me usan, soy yo quien usa de ellos. Simples utensilios, no requiere de mucho pensamiento entender cómo operan. Percibo su curiosidad mas no se preocupe, si ése es su deseo, le contaré más al respecto. Me dice que no debe ser fácil rondar por las calles. Permítame describirle el placer que siento cada noche al ponerme este corsé, este vestido negro sobre rojo y caminar por los callejones de la ciudad. El simple hecho de respirar el aroma nocturno me llena de una emoción gratificante al saber lo que aguarda en las horas siguientes. Me pregunta el porqué de este vestido. Es sencillo; sólo él guarda tanta elegancia y, al mismo tiempo, juega con mis impulsos tanáticos y eróticos, los mezcla de forma tan etérea que embriaga a primera vista. Se preguntará qué clase de hombres llegan a mí, aunque creo que conoce la respuesta. Todos. No hay uno solo que se resista a una mirada mía. Pero ha vuelto a errar el tiro, mi amigo. La pregunta es: ¿a quiénes elijo? Debo confesarle mi afición por jóvenes apuestos, no importando su situación económica. Por supuesto que cobro, pero debe entender que es un mero trámite, así sea una moneda o un millón de ellas, es algo a lo que no doy importancia. Noto la confusión en sus ojos; no se apure, no he terminado. ¡Ah! ¡Cómo disfruto de las uvas y el vino prelúdicos, el lento despojo de prendas, pero aún más deleitarme con esos cuerpos desnudos cercanos a la perfección! Facciones atractivas, las mejillas enrojecidas por el alcohol y la emoción, músculos bien definidos, vientres planos, piernas fuertes que dan paso a un par de semiesferas suaves, y esa sombra de color variante que recubre al prodigio de los goces más extremos. Una vez enfrente de ellos, quedan extasiados al contemplar mi exquisitez y comienza lo que puede durar desde minutos hasta horas enteras. Seré honesta con usted y le confiaré que obtengo el máximo placer cada segundo. Cuando todo se ha consumado y caen rendidos, comienza la verdadera diversión. De aquí en adelante no puedo relatarle con exactitud mis actos, ya que doy rienda suelta a mi imaginación y rara vez sigo un patrón. Algunas ocasiones comienzo por atarlos de pies y manos, pero casi nunca amordazados. Después corto la piel lentamente, algunas veces en lugares al azar, algunas otras siguiendo un camino para posteriormente comenzar el desollamiento. Otras tantas les saco los ojos antes de cortarles la lengua. Amo los alaridos, si pudiera escucharlos comprendería el terror y la agonía de aquellos miserables.
Sí, el placer es indescriptible, muchas veces siento que podría morir del éxtasis tan violento que azota a mi cuerpo cuando extraigo sus vísceras una por una, cuando rebano sus extremidades y juego con ellas, cuando perforo los pulmones, cuando los decapito y derramo los sesos... nunca acabaría de contarle las maravillas que he hecho. La hora de concluir se aproxima. Algunas veces dejo miembros clavados en las paredes, otras, cuando los he descuartizado, rearmo los cuerpos de forma hilarante y algunas otras esparzo sus órganos por la habitación. Una noche más ha concluido, limpio mi cuerpo y caigo rendida, ansiando que las estrellas me visiten de nuevo.
Veo, caballero, que se ha quedado mudo. Contestando a su pregunta, me encuentro esta velada aquí, en este baile tan recatado, debido a que mi cliente me ha invitado. Si sabe guardar un secreto le diré que nunca había presenciado tanto glamour, el candelabro llena de una luz tan fina que crea una especie de encanto. No se preocupe, no me molestan las miradas desdeñosas de aquellas mujeres paseándose con sus abanicos, con sus peinados à la mode y sus vestidos caros, bailando suavemente la suite que toca la orquesta. Pobres de ellas, no conocen lo que yo conozco, simples muñecas de aparador.
Amigo mío, aquí viene mi hombre a reclamar su pago y es hora de partir. Sé que no divulgará nada de lo que le he dicho puesto que me desea, ¿no es así? Yo lo deseo también. Ya conoce el precio. La cuestión es: ¿está dispuesto a pagarlo?
![](https://img.wattpad.com/cover/4521842-288-k686289.jpg)
YOU ARE READING
Spectacle of an Era
PoetryA collection of thirteen intertwined poems and short stories. For the reader of a technologically globalized world Who has some time to spare When all begins to crumble.