"Toda la familia Carpentier está invitada, toda la familia Carpentier está invitada" ...
Mi padre no paraba de decir eso ante mis quejas por no querer ir a esa estúpida cena. Era la cena anual del colegio de abogados. Cada año hacían una cena a beneficio del oficio de huérfanos de la ciudad, todo lo recaudado iba destinado para las necesidades de los niños que ahí vivían.
No me gustaba ir a esas cenas de lujo a las que solían invitar a mis padres. Eran aburridas y tenía que fingir una sonrisa todo el tiempo. Eso, sin contar que odio usar zapatos altos porque me hacen doler los pies.
Lo peor es que justo esa noche, Camila, mi mejor amiga, daba una fiesta en su casa. Sus padres también estaban invitados a la cena, aunque no fueran abogados, pero ella no tuvo conflictos a la hora de decir que no iría. Le dije a mi padre y le supliqué que me dejara faltar a la fiesta y solo dijo: "Toda la familia Carpentier tiene que ir, sería una vergüenza si no asistimos todos"
¿Vergüenza para quién? La verdad no entendía a mi padre, pero al parecer, por alguna razón, eso era importante para él.
Y allí me encontraba, delante del espejo haciendo muecas y caras raras mientras me maquillaba.
Tidi li femilie carpientier tieni qui ir.... ¡Ay, por el amor de Dios! Detestaba que haya dicho eso.
Mi teléfono sonó y sin dudas era Camila.
- Cam. - dije sin dudar.
- Suspendí la fiesta. - dijo.
- ¿Por qué? - pregunté. - Sé que no será lo mismo sin mí, pero seguro la pasarán bien. - aseguré con ironía.
- Que graciosa... Todos irán a la cena hoy, así que decidí alistarme también. Calder irá con su familia, dijo que es una buena oportunidad para conocerlos. - aseguró.
Hacía alrededor de 7 meses Camila estaba saliendo con Calder Fox, su madre era una de las abogadas destacadas a las cuestiones de género más respetada de la ciudad y su padre era un juez de la nación, sin duda los Fox eran la familia más prestigiosa del momento.
- Estoy contenta de que estés allí también, espero que nos sienten cerca. - digo
- Espero que sí, no quiero estar cerca de la estúpida de Olivia Strada.- dice con fastidio.
- No creo, escuché que viajó a Cruz del Este este fin de semana. - digo.
- No quiero que nada arruine esta noche. - dijo.
- ¿Ya está lista señorita Irina? - pregunta Rosa, la ama de llaves desde el otro lado de la puerta.
- Cam, debo cortarte, Rosita ya vino a buscarme. - digo.
- Okey, te veo allí. Adiós. - dijo y cortó.
- Pasa, Rosita. Ya casi estoy. - digo mientras me ponía mi brillo labial y miraba el resultado final. Rosita entró a la habitación
- Sus padres y su hermano ya están en la sala esperándola. - aviso mientras veo el resultado final y estoy más que conforme. Un vestido celeste con vuelo largo hasta las rodillas y unos zapatos altos color nude haciendo juego.
- Se ve muy hermosa, como siempre. - dice. Rosita era una mujer ya entrada en años, de estatura más bien baja y algo robusta, ojos color miel y un pintoresco peinado corto y voluminoso color café. La dulzura de Rosita era única y su amabilidad era muy reconfortante, ella le daba a aquella casa exageradamente grande el calor de un hogar. Ella le daba vida.
- Gracias. - digo mientras me pongo mis zapatos.
- ¡Irina! .- exclama mi madre con urgencia desde abajo.
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Luna de Medianoche
RomanceEn una noche mágica y soñada, Irina conoce a Laian. Ella cree que es el amor de su vida, todo es nuevo, todo es diferente y siente que el mundo tiene otro color. Pero de pronto la noche dejará de tener magia y cada cosa comenzará a caer en sus pies...