Evanescencia | Megamo x Ayano

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ᴍᴏʟᴇꜱᴛᴏ ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ
۵'⌧ ≡ ⸙

Megamo patrullaba los pasillos a primera hora de la mañana como siempre lo hacía, empujando a cualquiera que se metiera en su espacio personal y amenazando con llevarlos con la consejera, si había algo que le gustaba a Megamo, era ser la autoridad, al final del día fue su abuelo él que construyó la escuela, ver cómo huían o se levantaban de sus asientos solo para alejarse cada vez que lo veían acercarse.

Todos tenían claro que Megamo podría incluso despedir al director si un día estaba de humor para hacerlo.

Esa mañana del lunes parecía igual de normal que el resto, todos esparcidos por los pasillos y los clubes antes de la primera clase, después de un fin de semana las mariposas sociales se ponían al día con lo que habían hecho durante esos dos días, reuniéndose cerca de la fuente y haciendo tanto ruido como era posible.

Megamo podría decir que incluso prefería a los raros del club de ocultismo (club que le parecía una perdida de tiempo) solo porque eran más callados, rayos, incluso empezaba a pensar que su hermana Megami era menos insoportable.

Últimamente, su padre estaba sobre él todo el tiempo, llenándolo de deberes y más trabajos, con la excusa de que no creía que estuviera aún preparado para cederle su puesto como jefe de la corporación Saikou, prefirió ignorarlo sabiendo que a su padre le gustaba delirar sobre accidentes y asesinatos que aún no habían sucedido en la escuela, pero que él afirmaba que pasarían, talvez le hacía falta un descanso o se estaba volviendo loco poco a poco.

No había reportado a nadie aún, ni siquiera los vándalos estaban causando tantos problemas como era de costumbre y eso le estaba aburriendo, "talvez en el gimnasio allá alguien para reportar" y con ese pensamiento se dispuso a irse, saliendo del área de la fuente no había entrado bien al interior del edificio cuando ya había chocado fuertemente con alguien que pasaba corriendo, perfecto, no tendría que ir tan lejos para tener una víctima.

Miro a la chica allí en el suelo desde arriba con superioridad, cabello negro amarrado en una coleta, medias negras y mejillas rojas, el golpe suficientemente fuerte para tirarla a ella mientras él aún se mantenía erguido, todos se habían detenido un momento solo para ver qué ocurría, algunos rezaron en sus mentes por la pobre niña, Megamo no tendría piedad con ella.

- ¿Sabes que está prohibido correr en los pasillos? -Él había preguntado primero, no esperaba que ella lo supiera, no le importaba igual, le daría un reporte de todas formas. - Oye, te pregunté algo, responde.

Ella lo miró confundida por un momento y luego agitó su cabeza de un lado a otro negando.

- Mientes, todos los saben, solo creías que yo no lo sabría, ¿Qué se supone que haces corriendo?

Ella ladeó su cabeza hacia un lado, el ceño fruncido en confusión con los labios semiabiertos, parecía no estar entendiendo, también parecía no temerle como era común.

Ella solo levando sus hombros.

- ¡Respóndeme con palabras! -Esta chica lo estaba exasperando un poco.

Ella no dijo nada y antes de que pudiera seguir gritándole alguien más llego interrumpiendo.

- ¡Allí estás! Me asusté mucho cuando te perdí de vista. -Reconoció la voz, Ayato Aishi era de su mismo salón de clases y ambos tenían aproximadamente la misma edad con solo meses de diferencia, por lo que su padre le había contado de esa familia, él era un potencial asesino; sin embargo, nadie nunca desapareció o fue asesinado de manera misteriosa, él había dicho que el fenómeno solo se presentaba en mujeres, pero eso no evito que lo mantuviera vigilado. - Lo lamento presidente, mi hermana es nueva y no conoce la escuela ni sus reglas. - Ayato la levantó de los hombros y la hizo inclinarse hacia delante pidiendo disculpas.

- Vigila a tu hermana Aishi. -Estaba claro que no era una sugerencia y con eso vio a los hermanos dar la vuelta e irse, Megamo sonrió, talvez su padre no estaba tan loco y paranoico, después de todo Ayato tenía una hermana, una hermana que podría o no convertirse en un monstruo tarde o temprano, no había logrado saber su nombre, pero era seguro que lo averiguaría.

Y con eso en mente reanudó su camino al gimnasio.

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- Te pedí que no corrieras Yan-chan, nunca me pones atención, papá me ha pedido que no te quite el ojo de encima y lo primero que haces es perderte. -Ayano giro los ojos molesta, Ayato la trataba como si fuera un bebé. - No me ignores.

- No te estoy ignorando. -Ella gesticuló con sus manos en un movimiento rápido. - Ya te dije que lo siento, no volverá a pasar.

- No importa, te llevaré a tu salón, tu maestra te debe de estar esperando.

No fue una sorpresa que en realidad su maestra si la estuviera esperando, su padre había venido y hablado con la administración sobre su "hija diferente" y había arreglado con su maestra para que se sintiera cómoda, aunque solo hizo que se sintiera humillada.

Rino Fukahori era la profesora de la clase 2-1 y la recibió con una sonrisa y un apretón de manos.

- Tú debes de ser Ayano Aishi, no te preocupes, me aseguraré de lo necesario. - Rigida y estricta, pero amable al mismo tiempo, supuso que después de años de maestra había aprendido cómo poner una sonrisa falsa en su cara y no lucir agobiada por el trabajo, (Ayano podría afirmar que practico esa sonrisa por horas en el espejo). - No debes preocuparte por presentarte, lo haré yo ¿de acuerdo?

Hizo un pequeño sonido afirmativo, honestamente no le importaba.

Faltaban dos minutos para qué comenzará el primer periodo de clase, los estudiantes entraron de a poco, mirándola de reojo cuando la notaron al costado del salón y susurrando cosas que no escucho por qué había apagado su implante, cuando su profesora le permitió entrar la presento a la clase, escribiendo su nombre a un costado de la pizarra y explicándole a todos lo "especial que ella era", joder, es que los discapacitados no podían vivir sin oír que eran especiales.

Su asiento estaba ubicado en la tercera fila, tercera columna, por lo menos no estaba al frente. Así, tal vez evitaría la mayoría de las miradas que le estaban dando.

Ahhh, sería un año muy largo.