¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al amanecer, Mina había ido a visitar a Jennie para poder hacerle unas cuantas preguntas. Pudo notar a la castaña un tanto nerviosa, mirando cada segundo en dirección a la puerta.
_¿Hay alguien aquí? - preguntó Mina, dudosa.
_Ah, no - negó - de todos modos, ¿qué la trajo aquí?
_Pasaba por aquí y me detuve a comprobar algunas cosas que he descubierto - sostenía en sus manos un apunte.
_¿Podría decirme cuáles?
_Ese día no hiciste una entrega, pero te fuiste temprano - leía el papel - entonces, ¿por qué estabas allí?
_Oh, me invitaron para su cumpleaños.
_¿Lisa Manobal te invitó? - la castaña asintió - dijiste que fuiste allí en una entrega, ¿por qué ahora decir algo diferente?
_Es que...era lo que suponía. Ahora estoy empezando a recordar cosas - una pequeña sonrisa se escapó en sus labios al recordar la confesión de la pelimarrón.
Cada cosa que Jennie decía, era confuso para Mina.
_¿Estaban ustedes dos involucradas en algo?
Jennie rió levemente nerviosa, negando.
_No, me invitaron por primera vez.
Un largo tiempo de silencio los invadió, Mina no dejaba de observar a Jennie, poniéndola más incómoda cada segundo.
_Señorita Jennie, ¿recuerda algo más? Sus parientes cercanos o amigos - Jennie quedó pensativa - ¿por qué no puede recordar a nadie excepto a ella? Cuando ustedes dos no eran exactamente una pareja ni nada, ¿No es eso extraño? - Jennie no supo qué responder, sus labios se movían pero no salía ni una palabra concreta de ellos - Bueno, espero que tus recuerdos vuelvan pronto - dió una pequeña reverencia, retirándose del lugar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En la tarde, Jennie se encontraba en la floristería de Lisa. Había recibido una llamada de la amiga de la pelimarrón para hacer una entrega de flores.