II

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Min Yoongi estaba preocupado.

Aunque esa palabra era más bien la atenuación de aquel sentimiento de profunda intranquilidad que lo había acompañado desde la noche anterior, cuando Jimin, lo había dejado solo en la azotea sin dirigir una mirada en su dirección... Causando que cualesquiera que fuesen las palabras que él hubiese podido decir murieran en su boca. 

Incluso si había dormido como nunca antes, con el castaño en sus sueños. El despertar trajo consigo aquella dura realidad en donde Park no estaba con él y para colmo de males, por la actitud de este, presentía que no estaba para nada contento con él, al contrario. 

De modo que él envió una prenda de paz, esperando que eso apaciguara los ánimos del hermoso hombre.

La luz del faro en medio de su tormenta interna  llegó por medio de su asistente esa misma mañana, al parecer había regresado de entregar su encargo.

— Señor, conseguí lo que me pidió ayer — dijo con el mayor sencillez, pero para el azabache fué como escuchar a los ángeles anunciando que había sido redimido.

— ¿Cómo lo hiciste? ¿Debería considerar aumentarte el sueldo? — preguntó Yoongi. De manera invariable una sonrisa apareció en sus labios. 

— Solo hago mi trabajo,  señor — le recordó Choi tranquilamente, al tiempo que le tendía un pequeño trozo de papel que Yoongi tomó con premura, leyéndolo rápidamente.

Park Jimin.

1013950613 

Tecleó el número en su teléfono, y su corazón se aceleró mientras abría la aplicación de mensajería. 

Las manos de Min temblaban mientras intentaba canalizar las ideas que se desperdigaban en su cerebro sin orden lógico aparente. 

"Hola Jimin..." hizo una mueca, era demasiado informal y borró. 

"Soy Yoongi... sobre anoche..." volvió a borrar, este era muy directo. 

"Buenos días Jimin, soy Yoongi, sé que ayer no te dí una buena impresión y..." sus pulgares flotaban sobre la pantalla, aún inseguro, sin embargo continuó escribiendo "me gustaría aclarar las cosas,  ¿qué te parece si salimos a desayunar?" 

Releyó el mensaje un par de veces más, buscó posibles faltas de ortografía, e incluso lo leyó en voz alta a su asistente para asegurarse de que todo estaba claro y la información no podía ser malinterpretada de ninguna manera.

Luego lo envío, y esperó. 

Lo que pasó durante los siguientes treinta minutos se basó en él dando vueltas por la habitación del hotel con el teléfono encendido en la mano, abierto en la conversación. Esperando la más mínima señal de respuesta. 

Por supuesto, dicha contestación no llegó. 

...

Namjoon tocó la puerta con los nudillos... 

Silencio.

Suspiró e intentó de nuevo. 

Lo que obtuvo en respuesta fué un "adelante" apenas audible del otro lado de la puerta.

Tecleó la contraseña y giró el picaporte despacio. Caminó en silencio hasta llegar al pie de la cama donde yacía Jimin sentado con las sábanas blancas arremolinadas en el regazo, el cabello castaño revuelto y el rostro hinchado por el sueño. 

— Buenos días... — comenzó tranquilamente,  Park parpadeó hacia él lentamente con la cabeza inclinada hacia un lado, luego frunció el ceño, visiblemente confundido. 

Own it. [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora