0.0: El principio del fin

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La comida de hospital era realmente mala, su madre se había estado quejado de ella durante toda la semana en la que las enfermeras le llevaron el mismo plato de avena fría para comer y el castaño había tenido que estar bajando hasta el último piso...

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La comida de hospital era realmente mala, su madre se había estado quejado de ella durante toda la semana en la que las enfermeras le llevaron el mismo plato de avena fría para comer y el castaño había tenido que estar bajando hasta el último piso del hospital para conseguirle un bocadillo de la vieja máquina expendedora que se encontraba olvidada en aquella cafetería escondida del primer piso.

No recordaba exactamente cuánto tiempo llevaba durmiendo en aquel frío lugar o cuánto tiempo llevaba aislado del exterior para tan solo asegurarse de que la enfermedad de su madre no avanzara como lo hacía con los demás pacientes que morían a su alrededor. Ni siquiera sabía si afuera era de noche o de día porque se la vivía en la oscuridad de la habitación de su madre, pero tenía cierta noción del tiempo cuando su familia lo obligaba a darse un respiro y salir del lugar.

Hoy era un día de esos, Huening Kai había sido obligado a salir a respirar y comer algo de la vieja maquina expendedora para distraerse por un momento. Sin embargo, el chico no podía dejar de pensar en que la vida de su madre estaba cada vez más en peligro y él no podía hacer nada para ayudarla. Odiaba que toda su vida había crecido con el recuerdo de "ser la persona más poderosa" y que ahora ese poder se volviera inútil ante la creciente enfermedad que consumía a su madre.

Odiaba que había aprendido más de cincuenta mil hechizos, conjuros, maldiciones, vínculos y todo tipo de magia que se pudiera aprender para terminar atado de manos ante un cuerpo que se rehusaba a recibirla porque estaba demasiado débil. Él realmente detestaba que toda su niñez se basó en entrenamiento y descubrimiento de poderes para que al final del día no tuviera ninguna oportunidad de usarlos para salvar a su madre y terminara peleando con esa tonta máquina vieja que se negaba a darle el jugo por el que había pagado unos minutos atrás.

—Necesito que vuelvas, no hay tiempo que perder ahora que los rumores acerca de la región cinco parecen ser ciertos — escuchó una voz gruesa y baja detrás de él cuando sus pensamientos se volvieron cada vez más pesimistas y su cabeza giró levemente en curiosidad para escuchar la conversación de los dos hombres sentados en una mesa del fondo.

Se percato de que la razón por la que logró escuchar aquellas palabras fue debido a que no había nadie en el lugar más que ellos tres. La pequeña cantidad de gente que había cuando entró se había esfumado.

—No volveré ahí. Llevo en la consciencia su destrucción, si van a resurgir de las cenizas y los harán pagar por sus crímenes, yo no voy a detenerlos — el señor de aparentemente más de 50 años negó con decisión hacia el otro hombre con la mitad de su edad.

Los ojos del castaño se abrieron en sorpresa por las palabras pronunciadas y volteó su cabeza hacia la máquina de nuevo para que los señores no se dieran cuenta de que estaba escuchando su conversación. La cubierta de la máquina reflejó la silueta del hombre más joven y aunque no fuera posible ver su rostro adecuadamente, Huening Kai juraba que estaba por echar humo de enojo al no conseguir lo que quería.

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⏰ Última actualización: May 29 ⏰

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