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Buenos Aires, Argentina.

──── Entonces, ¿te gusta? ────

Apolo produjo una pausa suspensiva.

──── Dejáme pensarlo un toque... ────

──── ¡Desiste a la mofa, acémila maldita! Dí la verdad por una vez y así sabré si puedo morir en vaivén pacifico de una vida de tormento. ────

Subió su brazo contrayendo sus dedos contra la palma a medida fortísima; gesto de higa a broma en otras palabras. Mas ejerció dominio en sus comisuras intencionado a no sonreír, aún si se cometiera bajo un cubrebocas.
Queriendo ser más expresivo, se levantó del asiento en un empujón brusco a espaldas de la silla. La extremidad izquierda hizo de pilar rígido sobre la mesada.

──── Hasta maldiciéndome sos todo un poeta ────reveló, atrapado en una osada sonrisa────. No sé, ¿a vos qué te pareció al crearlo?... Jamás voy a entender para o por qué me seguís preguntando si escribís bien, si vos ya sabés lo que pienso de tus escrituras. ────

El papel era deslizado de la mano del lector hasta el propietario, indudable que aceptó la devolución con indicios subrepticios de vacilación.

──── Dilo en una opinión constructiva más clara. ────

Suspiro emanado de una curva en sus labios, conocedor que predecía dicha exigencia por parte de Motka, continuando así con el masculino enseñando actuación pensativa. Luego, cito lo comentado:──── Está... bien para mí. El desarrollo me parece perfecto. Sabés rimar, y sabés hacerlo muy bien. Fijate nomás que más o menos por el ¿quinto párrafo? podría ser que hayas repetido la palabra "matar", ojo con eso, eh. ────

──── Ah, eso necesitaba oír. ────

Bajó sus niveles de humor invasivo, así a la vez recuperar asiento cómodo. Esperanzado por más y advirtiéndole a su colega al proferir sencillo "continúa".

──── Me estoy quedando corto de palabras, en verdad está muy bueno. El marco es abstracto pero sutil. Es eso que vos llamás "burocracia" en una obra: convertiste algo de poca importancia en una bella arte. Sos un escritor maravilloso para mí, Motka, y no sé qué más querés que te diga para que te entre en la cabeza. Sabés también que odio lamber a alguien más que no sea yo. ────

El nombrado decoró su faceta con mueca de orgullo que expresó misteriosa enterrada bajo tela, no tuvo precio la belleza de la misma. La Muerte Congelada hace complicada la tarea de leer sus gestos faciales.
Fue entonces que, seguido de bajar la cabeza, recorrió cada estructura en su poema tallado en papel de caña de azúcar. No mentía su colega al opinar positivamente sobre aquel poema.

Un tema cliché respecto a la muerte, reflejos velados de sí mismo tomando de su mano. Una vaga excusa al suicidio, y todo hecho para el entretenimiento del lector.
Cada letra, cada oración se basó en el sufrimiento. Procuraba que no todos los días se tratase de esos tres temas que acostumbraba al relatar: el dolor, la murria; la cadena que arrastra una pesada carga que llama no posse oblivisci en su psiquis.

──── Quisiera ir y mostrárselo. ────

Y así como la altanería puso un pie en la escena, el pesimismo golpeó con fuerza su personalidad, devolviéndolo a sus casillas.

Apolo era el único que lo entendía, que sabía empatizar con su afligido interior. Sin dudas se trató de un mejor amigo.

──── Hm ────balanceó su cabeza de arriba a abajo en gesto de admisión, empero desaprobaba aquello. Su decisión fue inclinar su cuerpo hasta por arriba de la mesa que separaba el físico de ambos; palmeó su espalda, lenitivo────. Dale, vení, vamos a tomar algo. ────

El receptor aceptó derrotado por la forma animada con la que su compañero solía lidiar los problemas que se le interponía.

Otra hoja sería pegada en las paredes en su base militar. Otro comportamiento "inapropiado" e infantil de un poeta internamente deprimido, y su cómplice polo positivo.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2023 ⏰

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