Pastel de Boda

La Lista

Emma estaba loca por confiar en Nigel. Todos en esa oficina estaban locos por confiar en Nigel. Nigel que no veía la diferencia entre el color beige y el hueso, entre la crema batida y el betún o entre el lino y el raso. ¿Cómo esperaban que planeara la boda de los sueños de esa criaturita si apenas podía recordar dos tipos de nombres de flores? Y sólo porque a Gabi solían gustarle. Maldita Gabi.

Jessica había regresado a sus cinco sentidos, darle una boda a Nigel para planear por su cuenta era algo apresurado. Con cierta esperanza Nigel deseó que alguna de ellas asumiera la responsabilidad pero no fue así. Al día siguiente lo sentaron en una sala de juntas vacía con una bolsa de regalo y una mirada de determinación que Nigel jamás les había visto.

—Nigel, cariño, sabemos que no te sientes preparado para esto.

—¡No estoy preparado para esto! Una de ustedes tiene que ayudar a esa pobre criatura.

—Estamos llenos, Ni-Ni, hasta el mes de Agosto, jamás habríamos aceptado a nadie con tan poca anticipación—Replicó Naomi, que miraba el calendario en su tableta, lleno de anotaciones en diferentes colores.

—Pero tienes mucha suerte— Dijo Jessica, sonriendo de nuevo. —Es una chica amable, así que no tendremos que anteponer tu mal genio con una Bridezilla.

—¿Qué cojones es una Bridezilla?

—Eso no importa, tienes una clienta amable y sin límite de presupuesto, es la boda ideal para comenzar.

—Jessica, yo no tengo idea de cómo planear una boda, no participe en la planeación de la mía de forma muy activa.

—Esa es toda la belleza del asunto, Ni-ni, nosotras ya hicimos todo el trabajo por tí. Tenemos un sistema infalible, sólo tienes que seguir una lista al pie de la letra y todo saldrá perfecto.

—¿Es que nadie aquí entiende que su reputación está en riesgo? Si hago algo mal pesará sobre todas ustedes y lo que hacen aquí.

Aquello pareció llegarles al fin, se miraron entre sí, preocupadas un momento antes de volver a sonreír, si acaso parecían más decididas que nunca. Aquellos rostros llenos de confianza y serenidad le dieron a Nigel escalofríos.

—Nuestro método está probado, funcionará o nos cambiamos de negocio. Primero, necesitas tus materiales.

—¿Qué?

Jessica comenzó a sacar cosas de una bolsa que Nigel no había visto hasta ahora. Naomi le ayudó a despejar la mesa mientras Mary Anne anotaba en la pizarra blanca al fondo de la habitación.

—Número uno, está es tu carpeta de boda, llevamos una para cada pareja que nos contrata y es por mucho el artículo más importante en tu vida desde ahora. Si llega un ladrón y te pide la carpeta o la vida, te veremos en tu funeral —Aquello parecía excesivo, pero la grosera réplica de Nigel quedó enmudecida cuando Jessica siguió hablando.

—Esto es serio, Nigel. La carpeta de boda contiene toda la información referente a una boda, en eventos tan grandes y tan caros no hay lugar a dudas, si no sabes algo debe estar anotado en la carpeta. Claro que vivimos en la era digital, así que todo el contenido será respaldado cada semana en la nube, pero los originales permanecen contigo hasta pasada la ceremonía. Aquí vas a guardar todo, muestras de tela, opciones de menú, contratos, recibos de pago, calendarios, direcciones de proveedores, lista de invitados, mesa de regalos...

—No hay forma de que pueda recordar todo esto —Reprochó Nigel mientras intentaba sin éxito anotar todo en la pequeña libreta que le habían dado hace apenas un momento.

—Claro que no, ni nosotras podemos recordarlo todo, por eso tienes el número dos, lo llamamos, "La Lista". Todas las bodas son únicas, pero en general necesitas las mismas cosas para la boda, por eso tenemos La Lista.