PERENNE

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El oscuro cielo sin apenas brillo no dejaba claro si era de día o de noche, pero lo que sí estaba claro era que la hora de trabajar había llegado. El reloj biológico marcaba el comienzo del día y con ello, la dura jornada laboral.

Ikki abrió lo ojos, se vistió y salió de su casa. Caminaba directa al centro, su mirada fija en el final del camino esperando a que terminase. Por su cabeza no pasaba ni siquiera un mínimo pensamiento, parecía estar en automático.

Llegó a su destino, no saludó a nadie. Fue a su puesto de trabajo directamente. Ordenaba las frutas en diferentes cestas y después las llevaba a centro arriba, así sucesivamente.

Su día era como cualquier otro, para ella no era aburrido o divertido, solo tranquilo. La tranquilidad que tenía Ikki en su vida era lo que ella necesitaba, sin siquiera saberlo, no era consciente de esa sensación. Si alguien le preguntara, no sabría responder lo que significaba eso para sí misma...

Las seis horas de trabajo estaban por acabarse, Ikki no sentía ni una pizca de felicidad por ello, era lo normal, después iría al río donde miraría el agua pasar. Le entretenía el movimiento sin descanso del agua. Cuando fuese la hora de irse a casa, se iría; y ese sería su nuevo día mañana, pasado y el siguiente.

Pero ella no pensaba qué haría después de trabajar, tenía la mente en blanco, pensar no era su punto fuerte, ni de ella, ni de nadie en su sociedad. A excepción de Lin y ahora π.

Ikki no quería saber lo que le pasaba a Lin, no le daba importancia; aunque, a ella no le importaba nada.

Culminando su horario, π llegó al centro, su descanso había terminado. Caminaba alegremente, saltando y casi bailando. Se encontraba de muy buen humor. La gente a su alrededor trabajaba, no se le quedaban mirando por mucho tiempo, pero sí le echaban alguna que otra ojeada al nuevo y extraño comportamiento de la chica. Esta parecía estar buscando a alguien, y cuando vio que sola no podía encontrarla, comenzó a preguntar a la gente que estaba en su turno de trabajo por el paradero de su hermana. Unas respondían que no lo sabían y otras que estaba en su "descanso". π no se detenía, le dio mil vueltas al centro hasta poder encontrarla y cuando se cansó, se sentó en un lado que no molestase a los que sí trabajaban. Estaba incumpliendo su horario de trabajo, y algunas personas se acercaron a reclamarle. π se sintió intimidada, muchas mujeres de todas las edades estaban a su alrededor regañándole y advirtiéndole de que debía de trabajar. Para π era la primera vez que veía a la gente tan molesta con algo. Alcanzó a decir que solo esperaba a su hermana, pero a la gente eso no le servía. Entonces, π se levantó, se pondría a trabajar en ese instante, no obstante, fue ahí cuando Ikki llegó al centro de nuevo para seguir con su puesto. π la vió y corrió hacia ella, saliendo del círculo de personas que la intimidaban.

Algunas pisadas cercanas a la posición de Ikki, fue lo que delataron a π, pues Ikki, vió la aproximación hacia ella, y no sabía cómo decirlo, pero notó a π diferente...

π se abalanzó hacia Ikki con una alegría desbordante, abrazándola lo más fuerte que pudo. Ikki se quedó estática, no asimilaba qué estaba pasando. La retiró de su lado, alejándola de su cuerpo y ahí fue cuando vio sus ojos de cerca, brillaban, y a pesar de ser negros, parecían coloridos, no era la de siempre, π no era π ante los ojos de Ikki, algo grave le había pasado.

-¡Hermana! Te llevo buscando un buen rato, ¿se puede saber dónde estabas? -π puso sus brazos en jarra. Ikki tenía los ojos como platos, no se podía creer lo que veía, parpadeó varias veces, lo que le ayudó a volver a su mirada neutral como de costumbre.

-Andaba.

-De descanso ehhhh -dio con su codo varias veces en el brazo de su hermana, Ikki- Yo vengo de izquierda abajo, me he recorrido un largo camino hasta aquí. Estoy cansada, si fuéramos igual de grandes que un zorro, no nos cansaríamos tanto...

El Bosque EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora