Al final, eso es lo realmente difícil.
Todos sentimos mil emociones hacia otros,
pero es muy difícil que alguien del pasado
o del presente
nos resulte indiferente,
pues por mucho que lo intentemos,
no lo podemos controlar.
Para que exista verdadera indiferencia
ha de haber existido un verdadero sentimiento.
¿Amor? ¿Odio? ¿Acaso importa eso?
Solo importa que haya sido hacia alguien importante.
Pasa el tiempo, maduras
y entiendes que lo intenso, cansa
y la indiferencia te demuestra que esa persona, en el fondo,
no era imprescindible.
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Presente (im)perfecto
RandomRecopilatorio de mis reflexiones, escritas en prosa o en verso, para que quien quiera se sienta identificadx.