III

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-¡Arthur! ¡La perdemos, si no actuamos nos veremos de luto el próximo jueves!-

Dije a través del walkie-talkie, pero la señal era nula, no se escuchaba nada, ni una señal que indicase que seguía en vida.

-¡Mierda! !Arthur contesta, Amy se muere!-

No me dio tiempo a verificar si había respuesta del contrario cuando la alarma sonó, habíamos fallado, las puertas se abrieron y Amy se levantó, nos miramos, se notaba en su mirada la decepción que sentía al no haber pasado la quinta simulación tras meses de entrenamiento, salimos de la habitación y nos dirigimos a la sala común, el trayecto fue largo y silencioso.
Cuando llegamos los demás ya estaban en la sala.

-Hemos hecho la peor simulación en comparación a los otros escuadrones- dijo el pelinegro llamado Pol sentado en la mesa.

-¿Dónde estabas Arthur?, de no ser una simulación Amy hubiera muerto-

Como anteriormente no recibí ninguna contesta de su parte.

-Arthur, ¿porque siempre haces esto?, cuando un integrante peligra de muerte le abandonas-

Seguía sin contestar, su mirada era fría más que de costumbre, el silencio en la sala se hizo presente esperando una posible respuesta.

-Realmente no vale la pena salvar a alguien que ya está muerto-

-¿Muerto? Arthur podríamos haberla salvado- dijo Maria ya con los nervios a flor de pie.

-Vosotros no lo entendéis una vez el aire del exterior entra en contacto con tu organismo no hay forma humana de revertir la mutación, y con una herida como la de Amy, la tendríamos que dar por muerta-

-Chicos Arthur tiene razón el exterior no es como el simulador, con un corte tan pequeño como el de una aguja el virus entrara en vuestro sistema-

La sala se quedó en silencio por segunda vez, realmente teníamos que hacerles caso, eran los únicos que habían salido al exterior, ellos sabían cómo era la superficie y habían visto los efectos del aire.
A veces me cuesta imaginarme que años atrás viviésemos en el exterior sin daños algunos, pero si Arthur tenía razón ¿porque intentábamos recuperar algo que ya destruimos? ¿Para volver a lanzar la piedra y esconder la mano?, ¿de que nos serviria?

-Bien, si bien es cierto lo que dices, por lo menos haz el esfuerzo de interesarte, aunque solamente sea en las simulaciones- Amy parecía realmente enfadada por haber perdido la simulación otra vez.

-Bien-

Con eso cada quien se fue a sus habitaciones a excepción de Marcos que venía conmigo, llegamos a la habitación y nos sentamos en la cama.

-Cómo crees que es el exterior, ¿será bonito como los campos de amapolas de mi madre?-

-Marcos, se que te da miedo, pero dudo que sea un campo de flores, nos entrenan para enfrentar a unas criaturas que no sabemos que son, ni como lucen-

El silencio se apoderó de la habitación, hasta que un sollozo rompió aquel silencio, era Marcos, tenía miedo, lo acurruque entre las sábanas y lo abraze para tratar de reconfortarle.

-Iv… no quiero morir en el exterior, aun quiero pasar los veranos con mi madre y lily- su voz entrecortada se hacía notar rebotado en las paredes de la habitación.

-y lo harás, recuerda lo que me dijiste “no me pasara nada” ¿que paso con esa alegría?-

-Nose Iv ¿tal vez porque en unas semanas saldremos fuera y los riesgos de morir son elevados?-

-bien, ahora descansa que mañana quedamos para volver a hacer la simulación-

2012Donde viven las historias. Descúbrelo ahora