Hipocresía

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El suelo está frío, a pesar de lo abrasadora que es la soledad no logro sentir que me cobija. Sentarme a llorar en el baño se ha vuelto terapia, cada vez más efectiva. Y lo mejor, con el paso del tiempo se me hace más fácil sacarme la cara y salir a enfrentar al mundo con una sonrisa y diciendo que todo está bien. Lo sé, soy una hipócrita, porque profeso amar la transparencia pero lo prefiero, porque no soy capaz de hablar sobre mis demonios sin antes romper a llorar y mostrarme como el ser más vulnerable que conocerás.

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