Pétalos Para El Corazón.

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Tu nombré.

- Jesly Rojas.

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Creía que las travesuras eran cosa de niños pequeños,
al igual que ir a recoger dulces de casa en casa en las noches de Halloween.

Pero todo cambió:
una sonrisa, una mirada,
y hasta una mínima palabra bastaron para que, sin darme cuenta,
decidiera cambiar mi suerte.

Porque sí,
tú fuiste mi suerte.

¿Cómo se cambian las cosas tan rápido?
¿Cómo dejas de pensar en alguien que acabas de conocer?

Empecé a desear que las noches se volvieran más largas,
que las estrellas brillaran más fuerte,
y que Halloween nunca se marchara.

Pero tú...
te fuiste con la noche,
dejándome varada en una carretera vacía,
con una bolsa de caramelos
que ya no tenía con quién compartir.

Seguía pensando en tu sonrisa,
en esa máscara que asustaba a los niños,
y en cómo reías con ellos cada vez que pasaban.

Una travesura.
Solo una más,
y podría haber conseguido tu nombre desconocido.
Pero no fue así.

Me quedé ahí,
quieta,
viendo a la gente pasar,
con mi vista puesta en ti,
esperando que en algún momento
te acercaras a mí.

Pero no pasó.
Nunca pasó.

Pasaron meses.
Pasaron años.
Y seguí esperando Halloween para verte.

Hasta que un día comprendí:
nunca volviste.
Creciste,
maduraste,
te marchaste.

-Adiós, pequeño desconocido.
Fue un gusto verte -murmuré al viento,
observando la calle vacía-,
admirarte...
e incluso pensarte.

El viento sopló.
Las hojas seguían cayendo de los árboles,

y yo...
yo seguía parada en la carretera,
imaginando mi última travesura:
buscarte,
hablarte,
quizás...
no dejarte ir.
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