~Hechizados~
Era algo imposible de creer, ¿el idiota popular de la universidad era un Hechicero? No me sorprendería que cualquiera con tres neuronas funcionales pudiera ser digno de hacer magia.
Aquel que odié durante unos años, estaba peleando como todo un hombre experimentado en la magia.
Luchaba por mí, para protegerme.
Y yo solo estaba como un inútil, asustado, impactado, paralizado. Todo lo que estaba presenciando mis ojos no lo podía asimilar por completo.
No sabía qué hacer.
Jake estaba arriesgando su vida por mí. Después de mi actitud de mierda, aún me protegía. O él estaba mal de la cabeza o yo estaba alucinando.
Los Usurpadores atacaban a Jake con multiples hechizos, uno tras otro. El chico con vibras de surfista contraatacaba lo más rápido que podía; pero los Usurpadores lo tenían contra las cuerdas.
Lo estaban arrinconando poco a poco hacia unos árboles para que el castaño no tuviera escapatoria. Pero para mi sopresa, Jake demostró que podía seguir dando pelea él solo.
Utilizó un hechizo para repeler a los Usurpadores lejos de él por unos segundos. Lo suficiente para sacar su carta bajo la manga.
Apuntó con su varita a los árboles, y pronunció el conjuro:
—Clamor vitae.
Al decir las palabras correctas, los árboles fueron envueltos por ese maná de color azul zafiro que generaba la varita. Y como en una película de terror, los árboles cobraron vida.
—¡A ellos!
Estos obedecieron y desplegaron sus raíces de una forma tétrica y aterradora. Se extendieron hacia los Usurpadores con una ferocidad monstruosa.
Jamás creí presenciar algo tan de ficción.
El Jake que conocía no era nada comparado con el Hechicero que estaba viendo. Se veía tan centrado, poderoso, y seguro de lo que estaba haciendo. Se notaba que ya tenía experiencia enfrentandose a los Usurpadores.
Los recién nombrados estaban acorralados por los árboles vivientes que Jake había creado. El castaño aprovechó su distracción para acercarse rápidamente a mí, tomarme de la mano y salir corriendo lejos de ellos.
En otras circunstancias le hubiera insultado con todas las groserías que se me vinieran a la mente en múltiples idiomas solo para que me soltara la mano. Pero, en ese momento, sabía que no podía hacerlo. Era eso, o que los Usurpadores nos atraparan y drenaran nuestro maná hasta matarnos.
Por primera vez tenía que reprimir al Nathan rencoroso y dejar que el idiota de Jake nos salvara la vida.
Si eso era alguna idea del universo queriendo ponerse cómico. Juro que se le fue la mano.
Nos escondimos en una cueva que encontramos durante la huída. Iba a protestar sobre meternos ahí, pero él se dio cuenta o recordó que le temía a la oscuridad, por lo que invocó una esfera de maná brillante con su varita.
Al menos hacía el intento de que me sintiera seguro.
Cubrió la cueva con un hechizo de ocultación —que según él—, hacía que la cueva fuera invisible para los Usurpadores.
Cuando sentí que no había peligro, y que ya me había relajado un poco. Decidí dirigirle la palabra después de todo el espectáculo que acababa de ver.
Pero antes, Jake deshizo la esfera de maná que le daba algo de iluminación a la cueva. Estuve a punto de entrar en pánico, pero él reaccionó primero y al instante toda la cueva fue iluminada por unos cristales muy preciosos que emitían una luz muy agradable.
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Nathan: Aquelarre De Los Condenados © [Parte 1]
Fantasy¿Qué harías si al salir de la universidad te pierdes en el bosque y encuentras a un grupo de hombres quemando viva a una mujer? ¿Qué harías si una chica misteriosa te revela que no eres humano? ¿Qué harías si descubrieras que todas esas cosas que co...