Just One More Chance - L.S

Capítulo 2

Cada vez que volvía a pensar en Louis, recordaba sus manos sobre su piel, Louis siempre lo había tocado como si fuera el ser más delicado del mundo, lo tocaba como si sintiera que Harry podía desaparecer en cualquier momento.

Al final fue Louis quien desapareció.

A veces, cuando Harry se despertaba solo en la cama, solo a veces, cuando no lo recordaba por al menos los primeros diez segundos, pensaba que Louis cruzaría la puerta en cualquier momento.

Pensaba que le daría un beso en la frente y se disculparía por no estar en la cama antes que Harry despierte.

Luego recordaba que Louis se había ido.

A pesar de saber que Louis lo había abandonado, no podía evitar pensar en sus labios sobre los suyos, en sus ojos azules mirándolo con tanto amor y admiración, como si se rebalsaran de brillo.

Todas las veces era igual, él llorando por varios minutos y Louis al otro lado del mundo, haciendo todo lo que había hecho con él, pero con otra persona.

Miraba así a otra persona, tocaba así a otra persona, amaba así a otra persona.

Y dolía de maneras que nunca iba a poder explicar.

— No te entiendo. — dijo Harry con el ceño fruncido.

Lucinda alejó su mano y abrió el libro, parecía como si lo estuviera leyendo, pero Harry solo podía ver símbolos, todo estaba lleno de símbolos.

— No quiero que te asustes, niño. — habló la mujer después de unos minutos. — Yo puedo hacerte volver.

Harry intentó forzar su cerebro embriagado, pero seguía entendiendo lo mismo, ¿Qué mierda?

— ¿De qué estás hablando? — Harry se paró del sofá molesto.

— Bueno, puedo hacerte volver por un periodo de tiempo, pero depende de ti y lo que hagas para que todo cambie.

— ¿De qué estas hablando ahora mismo? — Harry movió sus brazos exasperados. — ¿Hablas de maldito viaje de en el tiempo? ¿Acaso tengo cara de ser un idiota?

— Niño. — Lucinda alzó una ceja en advertencia haciendo que Harry se sienta peor aún.

— Lo siento. — Harry se volvió a sentar. — Solo... es imposible, yo no creo en esto, no tiene sentido, no juegues conmigo.

Lucinda le puso sus manos frías en las suyas y les dio un pequeño apretón.

— Tu alma es pura. — la mujer le dio un beso en la frente dejándolo sorprendido pero sin rechistar. — Es tan raro ver un alma tan pura en estos tiempos, pero aquí estas, siendo tan puro y estando tan roto.

— Yo-

— No digas más. — Lucinda lo interrumpió. — Si quieres mi ayuda puedes quedarte, si no, te puedes ir y no volveremos a cruzar caminos nunca más.

Harry estaba ebrio, sí, estaba con la mente nublada y sentía que iba a vomitar en cualquier minuto, pero si había entendido algo hace mucho tiempo, era no creer en todo lo que te dicen.

Se paró del sofá y le dio una mirada de disculpa a lo cual Lucinda solo asintió y se acercó a la puerta.

— Si te estoy mintiendo, nada pasará y te irás sin volver a cruzar caminos nunca más, pero si te estoy diciendo la verdad, tendrás que seguir viviendo en tu miseria, y tal vez pierdas algo más de lo que ya perdiste.

— ¿Cómo qué? — Harry no pudo evitar preguntar.

— Amor.

Harry se mordió el labio e intentó buscar algo más en los oscuros ojos negros de Lucinda, pero no había nada.