4

57 9 2
                                    

El niño corría por los pasillos para llegar a la habitación de su padre. 

-Buenos días, príncipe-Saludan sirvientes quienes miraban correr al infante.

-¡Buenos días!-Grita el príncipe con una sonrisa tan linda como su amabilidad. 

Cuando Peter llego al cuarto, toco la puerta y fue recibido por un pase, dando la aceptación de entrar, cosa que hizo el niño.

Pudo notar como su padre se encontraba acostado junto con una sirvienta con la medicina, el moreno estira sus brazos dando la indicación de que se acerque el pequeño a él.

-¡Papi! ¡Papi!-Peter llega a los brazos de su padre, quien lo abrazo, pegando su cuerpo al cuerpo cálido del moreno- ¿Cómo te sientes?-Pregunta el menor.

-Un poco mejor. La medicina está ayudando mucho ¿Cómo te está cuidando tu padre?-Pregunta con cierto miedo el moreno por la conducta de su esposo.

-¡Me llevo a cazar!-Peter le responde con una sonrisa a su padre- Me enseño a usar un arco para matar a unos conejos. 

-¿Él te enseñó eso?-El hijo del rey sentía enojo hacia su esposo, como podía enseñarle eso a su propio hijo de apenas 5 años.- Debo hablar con tu padre, Peter. No debes utilizar armas, no quiero que vuelvas a ir a ese lugar con tu padre y mucho menos quiero que hagas esas cosas. Promételo. 

-Pero-El niño tenía tantas dudas- Papá dijo que es para defenderme ante enemigos. 

-Comprendo que sea para cuidado personal, pero no estás en la edad adecuada para hacer esas actividades. 

-También papá dijo que no te molestara mientras te recuperabas.-El pequeño niño se acostó en el pecho de su padre, quien este acariciaba su cabeza- Papi... Quiero que te cures y vuelvas a mi habitación todas las noches para que me leas un cuento.-El niño casi le rogaba a dios para que lo escuchara y que curara a su padre. 

-Siempre cuando quieras te voy a leer todos los cuentos que quieras.-El joven hablo mientras seguía acariciando el cabello de su hijo que tanto amaba y más ese olor de chocolate de su cabello café que heredo de él y también sus ojos. Agradecía que no tenía nada parecido al hombre con el cual se casó.-Recuerda eso por favor.

-¿Por qué papá se enoja cuando entro aquí?-El niño nunca comprendió el porqué su padre se enojaba cuando las sirvientas le decían que su hijo entro a visitar a su amante. El rubio nunca le soltó un golpe a su hijo, pero a quien sí recibía los golpes era el moreno.

-Él solo no quiere que me molestes mientras me recupero. No le hagas caso a tu padre. 

-Entiendo... papi... papá se enojó conmigo porque no pude matar al conejo... se miraba orgulloso cuando me dio el cuchillo para quitarle la piel, pero no fui capaz... lo siento...

-No cariño...-Besa los cachetes de su hijo- Nunca hagas eso, no seas como él. Tú eres diferente a ellos. Eres un niño amable y de buen corazón, cuando puedo salir de esta habitación me voy a encargar de que no te lleve de nuevo a ese lugar. 

-¡Cuando salgas de aquí me llevarás de pícnic! ¡Ya quiero ir!-El niño abraza a su padre con una grande sonrisa mientras este sonreía para su retoño. 

Cierto rubio se encontraba afuera de la habitación escuchando toda la conversación, en su rostro se notaba la furia mientras apretaba sus puños. Su querido esposo se estaba metiendo en muchos problemas por malcriar a ese niño. 

CONTINUARA. 🔜 


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 27, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Huye SUPER-FAMILYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora