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—Takemichi, mira esto.

El menor abrió los ojos para dirigir la mirada al mayor, incluso antes de que el otro comenzara, notó que la caja ya no tenía su forma perfectamente cuadrada.

Vió a Haruchiyo alzar su pie para dar un paso, aunque el cristal estuviera a pocos centímetros de él, descendió, y la pared de vidrio retrocedió, creando nuevo suelo, más espacio.

Takemichi alzó sus cejas.

— ¿Cómo? — preguntó el menor, levantándose del suelo donde hacía su pasatiempo favorito, dormir, recordó las veces que había caminado en los bordes, las paredes nunca se habían movido.

— Es como lo del otro día... Sólo quiero avanzar, y las paredes se mueven por mí— dijo el mayor, continuó caminando, la pared continuó escapando de su paso.

Takemichi quiso intentarlo, se posó en la pared opuesta, mirando a la oscuridad, dió un primer paso, pequeño y dudoso, el cristal se movió, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

Continuó avanzando, paso por paso, quizás encontraba algo entre toda la oscuridad, quizás había algo entre toda esa nada.

Caminó una gran distancia, sin darse cuenta, el paso lento y la monotonía del exterior lo llevaron muy lejos de donde había partido.

— ¡Takemichi!

Escuchó un grito alejado, y se volteó con algo de susto, sus ojos se abrieron ampliamente al ver el largo pasillo de vidrio que se había convertido la caja, esa imagen infinita casi parecia como cuando miraba hacia arriba.

— ¡Takemichi!

Escuchó a Haruchiyo gritar su nombre de nuevo, y a lo lejos vio al mayor correr hacia él, su llamado sonaba desesperado y asustado, corría como si su vida dependiera de ello hacia él.

— ¡Haruchiyo!

Takemichi comenzó a correr también a su encuentro, el mayor continuaba llamándolo y su voz sonaba tan aterrada que pensó que aquel pobre chico había visto algún monstruo, ya más cerca escuchó su llanto mientras seguía gritando su nombre con pánico.

— ¡Haru! ¡Estoy aquí!

El mayor estiró una mano hacia él en cuanto estuvo cerca, y Takemichi sólo la tomó y tiró de su cuerpo, cayendo entre sus brazos, se tambaleó sobre sus piernas cuando él se abrazó a su cuerpo con toda su fuerza, mientras temblaba de forma violenta y lloraba desconsoladamente sobre su hombro, Haruchiyo tomó su mano y se aferró a ella con fuerza, la otra rodeando el cuello del menor.

— Haru... Haru.... — acarició su cabello, dejó pequeños besos en su cabeza, lo abrazó con firmeza—. Haruchiyo, ya... ¿Qué viste? ¿Qué pasó?

Haruchiyo negó.

— E-Estabas muy lejos... — murmuró, entre llanto—. Estabas lejos y yo estaba solo ....

— Haru, no estás solo.

— Creí que te irías, no sé, que esta cosa se separaría y quedaríamos uno de cada lado y ya estaría solo.... Para siempre.... No quiero perderte, eres lo único que tengo.

Takemichi sólo pudo abrazarlo, y dejarlo llorar, mientras veía a las paredes que habían apartado acercarse con lentitud, volviendo a la forma cuadrada de la caja original.

𝗅𝗈𝗏𝖾𝗅𝗒 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝘀𝗮𝗻𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora