18

220 48 0
                                    

Sintió caricias en su rostro y en su cabello, y una suave voz que tarareaba, sintió el calor de unas manos y su cabeza apoyada en algo así como una almohada, pero más dura y firme.

No fue sino hasta que abrió los ojos que se dió cuenta que estaba durmiendo sobre el regazo de Haruchiyo.

Las manos del mayor tomaron su rostro con gentileza, sus azules ojos lo miraron, Haruchiyo tenía una linda expresión de alivio, sonrió para él.

— Hola— dijo, por lo bajo, su voz fue suave e hizo que el corazón del menor se comprimiera con amor.

Le dedicó una pequeña sonrisa, algo cansada.

— Hola— dijo, vió los delicados rasgos de su compañero, sus delgadas mejillas se marcaban más el ver hacia abajo, donde él se encontraba, sus labios también, su nariz perfilada y sus ojos amables, con ese lindo pliegue debajo que los hacia ver serios a pesar de todo— ¿Te he dicho que eres hermoso?

Haruchiyo rió suavemente, sus mejillas tomaron color.

— Casi me matas del susto y me dices que soy hermoso... — murmuró.

Fue cuando Takemichi recordó, vagamente, lo que había pasado, y al final, su desmayo.

— ¿Qué pasó luego?

— Creí que habías muerto— comentó Haruchiyo con una risa vergonzosa—. Fue lo primero que pensé... Pero tú corazón— llevó una mano al pecho de Takemichi, sintiendo el golpeteo de este—. Seguía latiendo, fue lo primero que escuché y bueno... Tuve que calmarme y te abracé hasta que estuve un poco mejor... Luego te acosté para que pareciera que sólo estabas durmiendo, ibas a despertar en algún momento.

Takemichi tomó la mano que el mayor tenía sobre su pecho, cubriéndola completamente con su mano.

— Has sido valiente, Jimin... Me siento orgulloso de ti.

Jimin sonrió con vergüenza.

— Tú has sido más valiente que yo... Lo que hiciste... Quería estar dentro para golpearte, idiota— rió un poco—. Y creo que por fin una de tus teorías... Fue acertada, aunque no sé qué pasará ahora. Ya descubrimos lo que hacen, ya no es divertido.

— Esto va a terminar, Haru. Y regresaremos al mundo real.

Haruchiyo hizo una mueca.

— ¿Qué pasa?

— Tengo miedo de que no seas real... O que yo no sea real.

Se miraron un momento sin decir nada, sus ojos se conectaron, prometiendose miles de cosas en silencio que no sabrían si podrían cumplir.

— Pase lo que pase... — murmuró Takemichi—. Te amo, y es de lo que estoy más seguro que es real.

Haruchiyo sonrió y asintió.

— Yo también te amo.

𝗅𝗈𝗏𝖾𝗅𝗒 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝘀𝗮𝗻𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora