A la Cuarta División le falta un Teniente, un Vice-Capitán que sea digno de llevar tal título, pero Kazutora ni siquiera se molesta en buscar uno y nadie objeta nada. Sin embargo, un día Mikey se harta y le reclama que busque uno, teniendo a sus dos...
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"Bed robber"
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Su padre solía conducir la camioneta de uno de sus tantos amigos. Una 4×4 todo-terreno para ser precisos, y el viejo no era de esos que buscaba conquistar corazones con una fachada de magnate; prefería ir a toda velocidad en la carretera que daba del pueblo al terreno de su casa, o incluso en los campos abiertos... Tal vez por el espíritu aventurero sin compromisos de su papá fue la razón por la que Kairi y su hermano nunca tuvieron una madrastra que aceptar; aunque, a decir verdad, nunca creyeron necesitar una. Aunque claro, el alma libre y extrema del padre hizo que también sus dos hijos fueran como él: atrevidos y sin una pizca de miedo a lo desconocido.
-¡Woah! -gritó Kairi mientras se sostenía de la chaqueta de Baji-. ¡Esto es...!
Baji se sorprendió un poco por la reacción tan feliz que expresó Kairi, pero rodó los ojos al pensar que conducir una motocicleta a alta velocidad era lo "común" para un loco que le gusta tirarse unos clavados del mismo puente al agua de noche.
Kairi subió sus piernas y se arrodilló en el asiento, colocando así sus manos en los hombros de Baji y quedando más alto que este. Por otro lado, el pandillero tan solo le gritaba que se quedara sentado, pero era ignorado completamente.
-¡Wohoooo! -gritó Kairi, soltando los hombros contrarios y extendiendo los brazos a los lados-. ¡Esto es genial!
-¡Wah! ¡No te sueltes! -Baji perdió un poco el equilibrio, pero se logró enderezar cuando el de iris grises se volvió a sostener de sus hombros-. ¡Nakamura idiota!
-¡Es que es tan maravilloso! -sonrió Kairi-. ¡¿En serio disfrutas esto todos los días?!
Baji rodó los ojos nuevamente y sonrió de lado al escucharlo tan feliz solo por andar en moto, hasta podría decir que este chico tenía muy buenos gustos solo por amar andar en un vehículo de dos ruedas que no fuera la bicicleta.
-Ah, por cierto... -Kairi bajó la voz al igual que su rostro, apoyando el mentón en el hombro derecho de Baji-. Llámame Kairi -y le sonrió en cuanto el otro le dirigió la mirada por unos segundos.
