Parte I

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La ruidosa melodía proveniente de su celular, esa que indicaba que una llamada estaba entrando, fue lo que despertó a Harry, quien sin moverse mucho para evitar a toda costa despertar al omega acurrucado en su pecho, estira su mano, buscando a tientas el aparato que no dejaba de sonar y juraba que sí esto despertaba al omega estaría muy molesto con la persona del otro lado.

Colgó la llamada sin interesarse quien era, estaba seguro que no había nada más importante que estar envuelto en el aroma a frutos rojos que desprendía Louis y el calor que emitía su cuerpo.

Sin embargo, su celular volvió a sonar, y de no ser que velaba por el sueño del ojiazul a su lado, hubiera gruñido por esto. Deja un par de suaves caricias al cabello de Louis cuando le vio removerse en su lugar, maldiciendo internamente al pensar que lo despertaría, pero esto no pasó, el omega solo se dio la vuelta para seguir durmiendo.

Con cuidado, Harry se levantó de la cama, contestando de una buena vez la llamada que interrumpió su sueño.

-¿Hola?- Habla por lo bajo, con su voz más ronca al recién despertar.

-¡Harry! ¿Cómo estás?- dice alegre la persona del otro lado de la llamada.

-Niall, más te vale que lo que tengas por decirme sea lo suficientemente importante como para que me hayas despertado, si no, te juro que te quedarás sin tu suministro de papitas.

-¡Hey! Mis bebés no tienen la culpa de tu mal humor.- Se queja el irlandés del otro lado de la línea, apresurándose a hablar tras el bufido del alfa. -Bueno, pero que humor te cargas, te hace falta una buena cogida.-

Harry levanta sus cejas con diversión ante el comentario de su amigo, y es que si este tan solo supiera. -Y a ti te hace falta un buen sillazo que te acomode las neuronas para no andar despertando a las personas tan temprano, algunos apreciamos dormir los fines de semana.

-La verdad, te llamo porque sucedió algo importante y como esto también te afecta directamente, te recomiendo que vengas a mi casa para que podamos solucionarlo.

-¿No puedes encargarte tú solo?- Un pesado suspiro abandona los labios del ojiverde quien rápidamente dirige su mirada al pequeño cuerpo acurrucado en su cama.

-¿Acaso estoy hablando en chino, Harry? Si no necesitara de tu ayuda no te hubiera llamado en primer lugar, de verdad es muy importante.

El rizado medita sus opciones, no quería abandonar a Louis y que se despierte solo después de lo que sucedió en la noche, sin embargo, está seguro de que la seriedad en las palabras de su amigo indicaba que no tenía más opción que irle a ayudar en lo que sea que haya sucedido.

-Estaré en quince minutos.- Suelta sin más, colgando la llamada, buscando su ropa para cambiarse, seguramente no demoraría mucho y al volver se ducharía.

Una vez listo, da un par de caricias al suave cabello del omega que no daba indicios de despertar pronto y deja un beso en su frente, cubriéndolo mejor con las mantitas para evitar que pasara frio en lo que podía volver a acurrucarse. No demoraría así que decidió que dejarle una nota a su mejor amigo no sería necesario, en el camino le enviaría un par de mensajes para avisarle que estaría donde Niall y que volvería a tiempo para el desayuno, considerando que lo más probable es que el omega duerma hasta medio día.

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Louis despertó por los rayos de sol que se colaban por las ventanas de aquella habitación, sin embargo, sus ojos mantenían cerrados y solo buscó a tientas aquel cuerpo calentito con el que durmió la noche anterior para poder dormir un poco más. Frunció su ceño cuando su mano no encontró nada allí por lo que muy a su pesar abre uno de sus ojos, escaneando el cuarto en su búsqueda, al no tener rastro de Harry por ningún lado, lo invadió la ansiedad imaginando los peores escenarios posibles ¿arruinó su amistad? ¿Harry se había arrepentido?

Two hearts, one homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora