Roomies

Única parte

-Sí, Zayn, estoy perfectamente consciente de eso, pero ya me aburrí de ser el omega virgen de la universidad, yo también quiero tener experiencias. - Suelta con queja el omega a través de la llamada mientras rayaba con su lapicero la hoja de su cuaderno. -Claramente no será con cualquiera, debo pensar en candidatos, pero mientras más pronto, mucho mejor.

-Lou, si sabes que no es una competencia ¿verdad? y tendrás tu momento cuando sea necesario, no creo que si ya has tenido sexo o no sea de la incumbencia de nadie.

-Por supuesto que para ti es muy fácil decirlo si tienes un alfa que te parta en quinientos cada vez que lo desees.

-Pero te lo digo por experiencia que el recuerdo que quieres tener de tu primera vez no es que estuviste con alguien que no te trató como lo merecías o que fue con un alfa idiota o peor aún que no estabas listo y desearías haber esperado un poco más.

-Bla, bla, bla. Está más que decidido y no cambiaré de opinión, aunque aprecio que te preocupes por mí. - Suaviza un poco su tono el ojiazul sabiendo que Zayn solo estaba genuinamente preocupado por él y que no merecía que lo tratara grosero. -Buscaré candidatos y este precioso omega dejará de ser virgen en menos de lo que canta un gallo. - Su tono de voz fue bajando a medida que sintió otra presencia en la habitación y el olor a menta se coló por su nariz. -Te llamo luego, Zee, Harry acaba de llegar. - Menciona casi en un susurro mientras cuelga la llamada tras un "Ten cuidado" y "piénsalo mejor" por parte del otro omega. Se quedó quieto en su lugar, no quería enfrentar a Harry sin saber qué tanto de su conversación escuchó y mucho menos saber la cara que tenía en estos momentos.

Louis y Harry se conocen desde los 10 años y desde ese momento han sido inseparables el uno del otro, sin importar que al crecer presentaron como omega y alfa, si tenían parejas o por cuestiones de tiempo ya no podían compartir tanto, el fuerte sentimiento de amor -de manera amistosa, claro está- que tenían el uno por el otro hacía imposible que existiera un Louis sin un Harry y viceversa, es por eso mismo que cuando entraron a la universidad no dudaron ni un solo segundo en ser compañeros de cuarto en un pequeño departamento que no quedaba más que a 15 minutos a pie de la universidad de ambos.

- ¿Buscar candidatos? ¿Dejarás de ser virgen y no pensabas contarle a tu mejor amigo? - Menciona el ojiverde con un falso tono de tristeza mientras dejaba de apoyarse contra el mesón de la cocina para caminar hacia su mejor amigo con un vaso de agua en las manos, pues por lo sudoroso y sonrosado que estaba, el omega pudo deducir que estaba en su rutina de ejercicio de la tarde. -Cuéntame cómo haremos eso ¿una rifa por Instagram? ¿Vamos vecino por vecino diciendo "Hey ¿Buscaban un omega virgen? ¡no busquen más, Louis está disponible!"- Suelta burlón el alfa que se abrió lugar a un lado del sofá donde estaba sentado el más pequeño.

-Oh, vamos, no seas tonto, seguro escuchaste mal, yo jamás de los jamases habría dicho tal cosa, yo soy 0% virgen, alfa idiota. - Gruñe el ojiazul, el cual aún seguía sin mirar al mayor directo a los ojos y sus mejillas parecían un par de manzanas rojitas, rojitas.

-Ow, el pequeño omega saca las garras. - Ríe por lo bajo el alfa hasta que nota que el ojiazul se encuentra lo suficientemente avergonzado como para no poder siquiera mirarlo a la cara, por lo que con dos de sus dedos toma al omega del mentón con suavidad para que lo mire. -Lou, soy tu mejor amigo desde que eras como dos centímetros más pequeño que ahora y tu cosa favorita además de correr todo el día tras un balón de fútbol era comer helado de vainilla a escondidas de tu mamá. Si sientes que es el momento, cuenta con todo mi apoyo, pero lo último que quiero es verte arrepentido de tomar una decisión apresurada de algo que no lo vale, quiero que estés bien y que cuentes conmigo en lo que necesites, incluso si es algo descabellado como buscarte un alfa para tener tu primera vez. - Dice el alfa con sinceridad, dando pequeñas caricias en la mejilla del ojiazul con su pulgar, sonriendo de lado al ver el pequeño puchero de este.