| Epílogo

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Muchas veces nos confundimos cuando queremos superar algo que nos marcó por mucho tiempo, creemos que superar es sinónimo de olvidar, por eso terminamos frustrados con nosotros mismos cuando realmente olvidar algo que nos volvió vulnerables es imposible, a menos que tú memoria se pierda y no elimine solo tus debilidades, sino también tu felicidad.

Superar no es olvidar, es caminar de la mano con los sucesos que en algún momento te acompañaron ya sea haciéndote daño o dándole significado a tus sonrisas. Superar es cuando realmente puedes hablar de ello sin sentimientos amargos, sino con comprensión y sabiduría de lo que viviste, por más duro que sea, a la vida no le importa si estás o no preparado, ella va a dejar huellas en tu corazón donde tú decides de cuáles aprender y de cuáles vivir resentido.

Toda crisis tiene un proceso de solución, fecha de caducidad y enseñanza, pero muy pocos saben cómo dar la cara para recibir la bofetada y la caricia cuando todo pasa. Win hubiera agradecido comprender todo eso cuando su miseria comenzó, tal vez así sus ojos se hubieran ahorrado el ardor por pasar horas llorando, o también las múltiples dificultades de salud que tuvo. Si su estabilidad mental desde un comienzo hubiese sido buena, tal vez se habría ahorrado tantas tristezas...

Sin embargo agradecía el hecho de haber pasado por muchas dificultades, ya que si no fuera así jamás le habría encontrado el significado a tantas palabras que más que solo ser un concepto, son una epifanía. Finalmente tuvo el valor de mirarse en el espejo y sonreír al sentirse bien consigo mismo, donde no habían imperfecciones porque esa palabra solo servía para disfrazar los estereotipos que se habían creado. Pudo abrazarse, suspirar sin apuro y sentir sus ojos cristalizarse cada vez que pensaba en todo lo que había logrado.

Así que comenzó a cuidar de él, física, espiritual y emocionalmente, no para impresionar a nadie, o lograr aceptación de un grupo de personas, tampoco para crear un falso estilo de vida, cuidaba de él mismo porque se lo debía. El sentirse bien en todo aspecto, el ser feliz dentro de su piel, de su mente y de su cuerpo, es algo a lo que le dedica esfuerzo a diario, porque él mismo y su familia se habían convertido en su prioridad.

Soltó un pequeño suspiro con cansancio cuando nuevamente se le dificultó levantarse de la cama para ir a buscar algo de beber, el embarazo lo tenía constantemente sediento y es que tener una barriga de siete meses era agotador de cierto modo, sin embargo lo disfrutaba por completo aunque todos fueran sobreprotectores con él, no entendía la razón, ¡No estaba inválido! Solo tenía una grande barriguita que a veces le hacía difícil mirar sus pies, solo eso.

Jadeó suavemente y llevó sus manos a su espalda baja para darse soporte, de esa manera su columna descansaba al menos un poquito de su pesado vientre. — Ah~ August... Tu padre se tarda tanto en traer nuestra comida. — Murmuró mirando su pancita cubierta por la fina tela de su ropa y sin pensarlo llevó una de sus finas manos a la curvilínea barriga, de esa manera acariciando en círculos con amor.

Aún podía sentirse mágico, cada vez que cantaba, hablaba o acariciaba a su pequeña August. La conexión y cosquilleo en su pecho era tremendo. Sonreía de manera inconsciente incluso cuando tan sólo pensaba que en dos meses ya podría tener a su bebita en brazos, rodeada de mucho amor que su Alfa y él podrían darle. Estaba demasiado feliz, todos estos meses mejoró en demasiados sentidos, incluso si antes estaba bien, ahora ya no era solo un estoy bien, ahora era estoy excelente.

Los tres primeros meses se podría decir que fueron los más pesados ya que habían veces donde no podía ni siquiera levantarse de la cama o sillón sin marearse como si hubiera tomado cerveza por muchas horas, incluso de vez en cuando vomitaba todo lo que comía, pero después se comenzó a calmar y las náuseas matutinas eran leves, ya no vomitaba y se mareaba muy poquito. Su pancita empezó a notarse a finales del cuarto mes, donde tuvo que comprar pantalones más grandes para que su pequeña cachorra no esté aplastada. Ese día fue demasiado feliz, no podía dejar de sonreír ni rodar en la cama cual cachorro lleno de emoción, y más aún con los mimos que recibía por parte de Gun y Bright.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora