NagiReo Stories [NagiReo - BLLK]

Ｓｔｏｒｉｅ（４ ）Ｐｔ．３

AU: Reo príncipe, Nagi guardia.
⚠️Mucho texto⚠️
⚠️Ligero +18⚠️

Una semana. Habían pasado siete días desde su ya conocido "secuestro", si bien aún seguía enojado por la decisión precipitada de Nagi, esto le sirvió para entender la situación actual.

Nadie en palacio tenía la menor idea de que Nagi y sus amigos fueron los actores clave en su desaparición. Cuando el peliblanco desaparecía por unas cuantas horas siempre traía algún dulce, y no cualquier dulce, Reo conocía a la perfección los platillos hechos por el cocinero real. Bastó sólo eso para atar cabos, incluso se atrevería a decir que este andaba "colaborando" en su búsqueda.

Era un plan muy elaborado, se atrevía a pensar que incluso era perfecto.

La puerta de la cabaña volvía a abrirse después de unas cuantas horas, dejando ver una cabellera blanca.

—¿Vienes de palacio?— fue lo primero que preguntó.

—Estoy bien, no te preocupes— ironizó— Pero si, de hecho...— en la mesita dejó una bolsa de pequeño tamaño— Puedes comerlos cuando gustes— inmediatamente supo que eran dulces— Y esto...— en su otra mano mostró una bolsa más grande— Te la envía Chigiri, es ropa.

—Que considerado— fue su turno de ironizar— ¿Cómo puedes pasar desapercibida con todo esto en las manos?, ni siquiera levantas sospechas.

—Deberías recordar que no solo soy un simple escolta, soy un comandante por mérito— dio la vuelta irse— ¿Necesitas algo antes de que vuelva a mi guardia?

—Volver a palacio— y sin más volvió a quedar solo.

A la mañana siguiente, Nagi ya se había ido y Reo se había dignado a explorar los alrededores.

No iba a escapar, no podía hacerlo solo en un lugar desconocido y solitario, solo quería encontrar agua, una laguna, un río, pero necesitaba un baño. Con la bolsa de ropa nueva que le había enviado el modista pelirrojo fue en busca de su objetivo tratando de no alejarse demasiado del punto de partida.

La suerte le había sonreído, pues no había pasado mucho tiempo para encontrar lo que necesitaba. Miró a sus alrededores y al notar que seguía solo- como todos los días- comenzó a deslizar las prendas fuera de su cuerpo, la brisa que comenzaba a abrazar su desnudez lo hizo temblar, ni en sus sueños más extraños se habría imaginado en esta posición tan...peculiar.

Es decir, cuando tomaba un baño en palacio las muchas no tardaban en temperar el agua, preparar los aceites y las sales para cuidar su piel y todo dentro de una habitación donde no cualquiera pudiera entrar; en cambio ahora, estaba al aire libre, con agua fría e implorando al más allá no pescar ninguna enfermedad respiratoria.