La universidad no era lo suyo. No era un completo idiota, sabía leer y le gustaba la política lo suficiente como para especializarse en ella, pero sus notas de bachillerato y su puntuación en el SAT no fueron lo que le hizo entrar en una universidad de primer nivel. Tampoco fue su buena apariencia ni su personalidad encantadora, aunque está convencido de que la mitad de sus seguidores de Instagram los consideraban una ventaja.Pero lo que le faltaba de inteligencia lo compensaba con creces su habilidad para el béisbol. Y cree que su alardeo estaba ciertamente justificado cuando se trataba de béisbol porque, maldita sea, Harry era una maldita bestia en el campo. Nunca había amado a nada ni a nadie más que al béisbol, y soportaría una clase matinal de Política Estadística Internacional con el profesor Chadsworth cualquier día por el deporte.
Así que, aunque la universidad no era lo suyo y el béisbol definitivamente sí, las fiestas quedaban en algún punto intermedio.
La jodió un poco el primer año yendo a todas las invitaciones a fiestas que se enviaban en el chat del grupo de la fraternidad y del equipo y bebiendo lo suficiente para engrosar un poco sus músculos. Y su segundo año siguió siendo bastante malo, pero aprendió a hacer los deberes en los viajes en autobús y avión a los partidos y a exprimir al máximo los plazos extendidos para los atletas. Perdió toda la grasa de cachorro y la gordura de bebedor que había engordado. Ahora está en su tercer año, el penúltimo, y tiene un par de ofertas de ojeadores de la MLB por encima de él, así que su alocada vida nocturna no es tan excesiva como en años anteriores.
Es algo en lo que le gustaría trabajar, pero quizá la semana que viene, o el próximo semestre, o cuando encuentre una razón suficientemente buena para sentarse en la fraternidad como sus hermanos mayores.
De momento, se contenta con la mezcla barata de licor y jugo que le quema la garganta y la linda chica hablando sobre carajo sabe qué. Cree que la ha visto antes, pero no está seguro, no recuerda su nombre y definitivamente no puede volver a preguntárselo. A ella no parece importarle que él sólo preste atención a mitad de lo que dice, principalmente solo mirando su pecho.
Estaba por preguntarle algo que los sacara de aquí cuando una risita familiar lo congeló en su lugar.
Sus ojos lo encontraron inmediatamente, rodeado de un grupo de chicas y una delicada muñeca agarrada a un tipo que Harry no reconoció. Entraron por la parte de atrás, pasando junto a Harry sin notarlo en absoluto, y luego se acomodaron junto a la mesa de plástico barato llena de bebidas y vasos individuales.
Él llevaba un crop top que tenía su ombligo y piercing a la vista y Harry sería un hombre débil si hubiera ido allí en el momento en que lo vio. En lugar de eso, esperó hasta que estuvo fuera de la vista y bloqueado por algún imbécil que estaba demasiado cerca del chico con el estómago expuesto antes de volverse hacia la chica.
"Oye, ¿quieres un trago? Voy a por algo de beber", dijo Harry mientras se zafaba de sus brazos. Ella contestó, pero Harry ya estaba fuera del alcance y se dirigía hacia la cocina.
Una chica lo reconoció y puso los ojos en blanco mientras codeaba a las otras chicas y Harry les envió una sonrisa. Lo odiaban porque su mejor amigo lo odiaba y él las odiaba porque eran mejores amigas de Louis Tomlinson.
Louis Tomlinson, la perdición de la existencia de Harry.
Era hermoso, Harry le daría eso. Louis era fácilmente la persona más guapa del campus, con unos bonitos ojos azules y unos bonitos labios rosas y una bonita nariz de botón. Su cuerpo también era absolutamente increíble, un camino de curvas interminables y piel suave.
A pesar de todo, Louis era una perra. Una auténtica perra.
Todos en el campus estaban engañados por su cara bonita, pero no Harry. Él sabía que Louis era malcriado, grosero y absolutamente molesto. Era un grano en el culo y una maldita migraña con quién discutir y Harry estaba decidido a fastidiarlo antes de que Louis pudiera hacerle lo mismo a él.
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Kiss ne once, Kiss me twice (Traducción) L.S
Fiksi Penggemar"Eres un jodido mocoso, lo sabes", murmuró Harry entre dientes, con los huesos ya ardiendo por el puro deseo y odio que se mezclaban en su cuerpo. Era una embriagadora descarga de adrenalina y algo más que probablemente venía con follarse a Louis To...