Los signos de magia suelen aparecer cuando los niños cumplen los cinco años. Suele presentarse con fiebre, temblores, sensación de frío e incapacidad para conectar con el mundo real durante un par de días. No es peligroso, y mucho menos mortal, aunque para niños que provienen de una familia sin magia y manifiestan estos cambios es preocupante, como en el caso de la familia Thorn.
Los mellizos se abrazaban el uno al otro entre fuertes temblores. Estaban abrigados con un par de mantas, pero el frío parecía ser insoportable.
-Sus hijos tienen síntomas de transición mágica. No les ocurrirá nada.
El médico del pueblo les había estado haciendo una rápida revisión, aunque tampoco pareció esforzarse mucho, dada la baja dificultad de su diagnóstico. La madre de los mellizos pareció alterarse un poco ante tan breve reconocimiento y las palabras del doctor.
-¿Pero es eso posible? Ni mi esposo ni yo...
-Señora, sus hijos estarán bien. La sangre mágica es hereditaria. Si su esposo no sabe que no es el padre de los niños, no es mi problema -su tono fue tajante y casi frío. Recogió su maletín y se dispuso a andar hacia la puerta de salida-. Si me disculpa, tengo asuntos más importantes que atender.
El silencio se hizo en la habitación, solo interrumpido por las respiraciones costosas de los niños. Marido y mujer intercambiaron miradas, y ella pareció apresurarse a dar una explicación.
-Te juro que yo no...
-Lo sé -dijo él con un suspiro agotado, sentándose en la pequeña mesa que les servía de comedor-. Es culpa mía.
La mujer le dejó explicarse, viendo la expresión cansada de su esposo, se sentó junto a los mellizos para darles algo de calor, acariciando los largos cabellos rizados de la niña.
-Mi tía era bruja. Mi madre me lo contó cuando se enteró de tu embarazo. Nunca antes me lo había dicho, de hecho, desconocía que tuviese una tía hasta entonces. Dijo que la familia la apartó por... miedo a lo que era. No le di importancia entonces.
-Gabriel... ¿por qué no me lo dijiste?
-Porque a mi también me dio miedo -reconoció el hombre con pesar. Miró sus propias manos con incertidumbre-. Por lo que mi madre me contó, mis abuelos tuvieron muchos problemas para criar a mi tía, por eso la apartaron. Era... volátil. Peligrosa.
-¿Ves a nuestros hijos como un peligro?
Señaló a los dos retoños que dormitaban entre tiritonas. El niño entreabrió los ojos al notar las caricias de su madre sobre sus cabellos antes de volver a dormirse. Su padre todavía no había respondido a la pregunta, por lo que la mujer terminó por sacudir la cabeza.
-Quizá tu madre te metió ideas equivocadas en la cabeza. Sé que nuestros hijos jamás harían algo que nos hiciese daño, ni a nosotros ni a nadie del pueblo.
-¿Cómo estás tan segura?
-No lo estoy, pero sí estoy segura de que si dudamos de ellos es cuando provocaremos lo que más tememos.
Los años pasaron poco a poco, los mellizos se recuperaron de su malestar a los pocos días, sin muestra de tener secuelas o cualquier otro síntoma. Su progenitor acabó abandonando la unidad familiar a los pocos años cuando la pequeña Melinda mostró los primeros vestigios de magia al flotar brevemente tras un pequeño salto mientras jugaban en el jardín. Su madre estuvo ausente mucho tiempo, puesto que ahora era la única fuente económica en la casa y por tanto la única que podía mantenerles.
Melinda siempre preguntó por qué su padre se fue, pero no Andrew. Él fue quien estaba despierto cuando ocurrió aquella conversación años atrás, y aunque la compartió con su hermana, la niña parecía ser demasiado inocente todavía, o quizá se negó a creerlo.
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Escuela de Magia: Alfheim
FantasíaLos mellizos Thorn se han criado en un mundo simple, vacío, pero pronto les descubren que son algo más, algo que el mundo conoce como la raza de los "Arcanos", seres que pueden utilizar la magia a voluntad. Como niños que son, deberán de acudir a Al...