El Mercader y los 10 Valientes

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?: Hola humano, soy Flowey, Flowey la flor.

Izuku le da un escalofrío y se gira despacio, y mira a Flowey directamente.

Izuku: E-er-es la flor del dibujo?

Flowey: Veo que eres listo, humano.

Izuku: Q-uien eres?

Flowey: Ya te lo dije humano, soy Flowey, Flowey la flor.

Izuku: Que eres?

Flowey: Soy una flor.

Izuku: Peró...

Flowey: Eso es todo lo que necesitas saber.

Izuku: He... he perdido la cabeza, ahora hablo con una flor y...

Flowey: No humano, no has perdido la cabeza.

Izuku: Mientes, eres mi mente desesperada por tener a alguien con quien hablar.

Flowey: Pero no es muy raro que pierdas la cabeza tan pronto?

Izuku: Si pero... nadie puede entrar aquí, esta habitación es la más profunda de todo el Tartaro.

Flowey: Te equivocas, hay una manera de entrar aquí.

Izuku: Cual?

Flowey: Estar aquí antes de que se construyera la prisión.

Izuku:...

Flowey: Pero... apuesto que quieres saber quién soy, verdad?

Izuku:...

Flowey: Tomaré eso como un si. Pero para que lo que entiendas, te explicaré una historia.

Hace mucho tiempo, mucho antes que los humanos empezaron a normalizar la magia, habían dos razas dominantes los humanos, seres inteligentes y resistentes y los monstruos, seres poderosos y fuertes con magia. Estas dos razas habían vivido pacíficamente. Eso hasta que un día, un mercader ambulante perdido, se adentro en la tierra de los monstruos.
El Mercader se dio cuenta al llegar a una encrucijada donde en el árbol del centro había un mapa de las tierras de los monstruos, el mercader entro en pánico, las historias de gente que entraba en las tierras monstruos para nunca volver no eran pocas, por eso mismo, desesperado, miro el mapa en el árbol, se encontraba en la Comarca Temmie, para su suerte era una comarca que tenía frontera con las tierras humanas, lo que significaba que no se había adentrado demasiados en las tierras monstruos, siguió mirando el mapa, y se dio cuenta que el camino más rápido para volver a tierras humanas era pasando cerca de Villa Temmie.

El mercader fue por el camino que indicaba el mapa, iba lento pero sin parar, pensando que si paraba a descansar un monstruo lo podría encontrar, poco pensaba que el último de sus problemas sería encontrarse con un monstruo.

Mientras el mercader caminaba por el camino, una tormenta se cernió sobre el, el cielo se tiño de gris, el viento soplaba a gran velocidad y el frio aumentaba a cada segundo, cuando derrepente, escucho una rama romperse en el bosque, eso fue el colmo, el mercader hecho a correr, pero por mucho que corría, cuando creía que lo había perdido volvía ah escucharlo, siguió así un rato, hasta que llegó a un puente, un puente que pasaba encima de un mini Barranco, el mercader al correr encima del puente, se resbalo, cayó por el mini Barranco, aún teniendo poca pendiente, no pudo agarrarse a nada, solo siguió cayendo hasta golpearse la cabeza con una piedra.

Al despertar estaba en el fondo del barranco, le sangraba la cabeza, tenía una raíz rota clavada en el abdomen, un gran raspón en un brazo y un dolor desgarrador por todo el cuerpo.

El momento ya era horrible, pero se puso peor, algo, estaba bajando el mini Barranco, el mercader no lo pudo ver por su movilidad reducida, pero lo oía, pisada por pisada, cada vez más cerca, tanto que escucho su respiración. Creía que era su fin, aunque lo ignorada, moriría por sus heridas. Tan cerca que un el resplandor de un rayo dejó ver su sombra.

La flor del TartaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora