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       SE CRUZÓ DE BRAZOS PENSANDO EN lo que iba a hacer, ¿Realmente se metería en un hospital abandonado que, según algunos, estaba embrujado, para hacer una ouija solo por un reto de los estupidos de sus amigos?

—Venga, Win. ¿Acaso tienes miedo?— Se burló Gun, seguido por los demás.

—¿Que? Por supuesto que no, sabes que no creo en estas cosas— Admitió.

—Si eso es verdad, demuéstranoslo entrando ahí y haciendo lo que te hemos dicho, después de todo, ¿Nada de esto existe, no?

Off arrojo a sus brazos el gran tablero con el abecedario escrito en este. Suspiro resignado, sabiendo que si no lo hacía le molestarían con este momento por el resto de sus días, realmente prefería morir antes que pasar por eso.

—Vale, lo haré— Acepto por fin, aún no muy seguro de querer hacerlo.

Todo el grupo celebró mientras que aceleraban a Win para que se metiera en él edificio. El moreno frunció el ceño sin entender por que le ponían tanta emoción al asunto, era un simple reto.

Subió las pequeñas escaleras hasta llegar a la gran puerta del hospital, esta estaba llena de polvo y telarañas, algo no muy bueno para su alergia, que provocó que estornudase unos segundos después. Se giro para observar a sus amigos, odiándolos muy en el fondo por tener que hacerle pasar por eso.

Bufo una última vez antes de poner una de sus manos en el pomo de la puerta, los fantasmas no existían ¿No? No había nada de lo que preocuparse.

Antes de que pudiese arrepentirse abrió la puerta y se adentró, no pudo si quiera visualizar bien el entorno cuando otro estornudo debido al polvo sonó por todo el lugar.

Arrimó la puerta sin cerrarla del todo y dio unos pasos diminutos observando el gran pasillo que se encontraba frente a él. Diversas puertas se encontraban a los lados del pasillo, comprobó que ninguna estaba abierta y se quejó por lo bajo sabiendo que tendría que hacer el reto en mitad del pasillo.

Colocó la tabla en el suelo y se puso de rodillas delante de esta, el corazón se le aceleró levemente pero se negaba a admitir que estaba nervioso, aunque muy en el fondo él creía que no se debía jugar con esto por muy falso que fuese.

—¿Como se supone que se hace esto?— Murmuro para sí mismo, dando vueltas al tablero buscando algunas instrucciones o algo por el estilo— Da igual, saldré y les diré que no se como hacerlo.

Se levantó del suelo sacudiendo su pantalón que se había llenado de polvo.

Cuando se dispuso a dirigirse a la puerta está de cerro por completo, haciendo que Win diese un pequeño salto, aunque se tranquilizó algo al pensar que podría haber sido por el viento.

—Mierda...— Se quejó cuando intentó abrir la puerta y vio que esta ni si quiera se movía— ¡Oye, vosotros, como me estéis gastando una broma no os lo perdonaré!— Grito en un intento de que sus amigos lo escuchasen desde afuera.

Sintió como su rostro palidecía y la presión le bajaba cuando escuchó unos claros pasos tras el, cerro los ojos con miedo negándose a girar su cabeza para mirar quien, o que, era, pero finalmente lo hizo, sorprendiéndose al ver que no había nadie.

¿Había sido su imaginación? Si alguien estuviese ahí no tendría ningún sitio al que ir, pues todas las puertas estaban cerradas y en el pasillo no parecía haber nadie.

Noto que en cuestión de segundos el ambiente se había vuelto más pesado y una leve brisa se paseaba por el hospital, Win prefería creer que eso sucedía por las altas horas de la noche en las que se encontraba.

Después de lo que había sucedido Win estaba decidió a coger la ouija e irse, pero cuando iba a hacerlo notó que la tabla no estaba por ningún lado, la buscó por cada rincón del pasillo fallando en el intento de encontrarla.

Igualmente la ouija no era algo que le importase, así que saldría sin ella, freno unos pasos antes de llegar a la salida notando que una de las puertas que antes estaba cerrada ahora se encontraba arrimada a la pared, dejando solo una rendija por medio para que se notase su apertura.

Win se replanteó si entrar en la sala o no hacerlo, y aunque recordó que en todas las películas que había visto todos y cada uno de los que andaban de metiches terminaban muriendo, entro de todos modos.

Sus piernas temblaron y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no caer al suelo cuando en una esquina del cuarto un chico de, aparentemente, su edad jugaba con la ouija que había desaparecido minutos atrás sentado en una silla que al parecer era el único mueble en todo el lugar.

—¿Intentabas invocar a un espíritu?— Preguntó sin ni si quiera mirarlo a la cara.

Win intentó emitir algún sonido, lo que fuera, pero su garganta no colaboraba, por lo que se encontró a sí mismo moviendo la boca sin sentido frente a un chico con cara de muerto y ceño fruncido.

—¿Quien eres?— Después de unos segundos pudo hablar, aunque esas no eran las palabras que le hubiese gustado decir.

—Déjame decirte que si querías hablas con tu abuela muerta o algo así, estas cosas no funcionan—Hizo desaparecer el tablero de sus manos con un simple movimiento. Win abrió los ojos como platos ante eso.— El método para hablar con un fantasma es distinto.

No lograba descifrar si eso que acababa de hacer era un simple truco de magia o realmente la ouija había desaparecido, pero había sido tanto el shock que unos instantes después cayó al suelo con sus ojos cerrados.

[...]

Un fuerte pitido interno hizo que Win por fin fuese consciente de lo que estaba pasando y se llevase una mano a su cabeza debido al dolor de migraña que estaba sintiendo.

Ahogo un grito viendo al chico de hace unas horas sentado en un sofá rojo de terciopelo, frunció el ceño preguntándose en cómo eso había llegado ahí, no era lo más normal de ver en un hospital que había sido abandonado durante más de diez años, ademas de que lucia bastante nuevo y limpio.

Después, al igual que el tablero, el chico desapareció con un solo movimiento, haciendo que se levantase del suelo asustado y mirase todas las esquinas del cuarto en busca del moreno.

—Hola— Saludó el mayor con una sonrisa sin mostrar los dientes, apareciendo tras el, eso fue suficiente para asustar a Win, que gritó desesperado y corrió a la puerta de salida del hospital.

Para su suerte esta estaba abierta, corrió sin parar casi cayendo por las pequeñas escaleras, sin poder evitarlo miró hacia atrás, el pánico entró en él cuando distinguió la figura del hombre en la puerta, mirándolo mientras que se iba y con una sonrisa sádica en su cara.

—¡Mierda!— Se llevó las manos a una de sus rodillas cuando después de correr por varios minutos tropezó con una piedra y terminó en el suelo.

No supo de dónde saco las fuerzas, pero, aún con el terrible dolor de su rodilla sangrante, se levantó y siguió su camino, cojeando la mayoría de los pasos, hasta llegar a donde la fiesta de Halloween seguía a pesar de que era bastante tarde.

Win cogió otro camino, uno por el que no tuviese que pasar en medio de toda esa gente, después se fue a su casa, teniendo la suerte de que su madre se hubiese quedado a dormir en la casa de una de sus amigas, así evitaría las preguntas de la mayor sobre su rodilla.




























Hola amores!

¿Que os a parecido el primer
capítulo? Sinceramente a mi me ha
gustado bastante, no se🥹

DEMON [Brightwin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora