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¬P.A.R.H¬


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Eran las 4:30 am los P.A.R.H'S caminaban por el bosque, a pocas horas en llegar a su destino. Anan no paraba de pensar en su ataque de pánico, después de este Jake la llevo a la tienda y volvía a su guardia, no sin antes quedarce unos minutos con ella para asegurarse de que estaba bien.

- ¿En qué piensas Nubecita? -pregunto el pelirrojo al lado de Anan.

- ¿eh? No, no, no pienso en nada en específico -sonrió a medias.

- ¿Volviste a tener pesadillas? -pregunto frunciendo un poco el ceño.

La peliblanca se mordió el labio, ¿Cómo le decía que después de que la ayudara, solo soñó con sus cálidos brazos protegiéndola?- No, dormí muy bien -sonrió, tímida.

- Eso me alegra -sonrió de lado, la peliblanca no aparto la mirada de su perfil.

*¿Cómo puede haber alguien tan guapo en el mundo?* se preguntó internamente, una mano le serró la mandíbula mientras la dueña se reía.

- Se te van a meter moscas -susurro Jesica burlona.

La peliblanca se sonrojo, y empujo levemente a la rizada, la cual rio por el nerviosismo de la P.A.R.H.

- ¿Qué pasa? -pregunto Vicky llegando con una sonrisa.

- Que Anan estaba coqueteando con Jake -dijo Jesica rio divertida, la pelinegra estallo en una pequeña carcajada.

- Bueno, creo que ya tengo cuñada -dijo Victoria, con obvias intenciones de molestar a la joven peliblanca.

- Vic, por favor, además, Jake también tiene cuñado -contraataco causando un sonrojo en la mayor.

- Cállate -demando empujándola suavemente, las tres se rieron de la situación.

El tiempo había pasado, Anan no se separó de Jake ni un segundo, quera averiguar que era ese sentimiento que surgía en ella cada vez que lo miraba o que escuchaba su voz, era como si todos los problemas desaparecieran, como si todo estuviera bien, en paz.

- Nubecita -la llamo por ese ya característico apodo, que a ella le encantaba.

- ¿mjm? -pregunto, dándole a entender que siguiera.

- ¿Paso algo con Kar? -pregunto con una seriedad repentina.

Anan se quedó estática en su ligar por la pregunta, su respiración se detuvo y sus ojos se abrieron tanto que parecía que se saldrían de sus cuencas.

Trago saliva- No.

Jake frunció el ceño sin creer en esa respuesta- ¿Segura? -volvió a preguntar.

La peliblanca se mordió el labio inferior, recordando la cercanía del rubio, se preguntaba *¿Sentiré lo mismo con Jake?* algo en su interior le decía que no, pero ella estaba confundida.

P.A.R.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora