Lobo Rosa (Yaoi/Omegaverse)

Extra 1: Luka Y Skylar.

Ese día hacía mucho frío, llovía con fuerza y la tormenta eléctrica ayudaba a esconder aquellos gritos. Gritos que, a pesar del ruido ambiental, fueron escuchados por un rubio cenizo, uno que pasaba cerca de aquella calle, por aquel callejón, escuchando voces divertidas y la voz suplicante de un chico.

Luka era un sujeto temible, a pesar de ser omega, tenía una reputación a tener en cuenta a la hora de toparte con él.

En realidad, él planeaba ignorar lo que ocurría, hasta que escuchó a un sujeto, que estaba en el callejón de los gritos, decir: "Los omegas sólo son perras que abren las piernas, cállate y obedece".

Las palabras hicieron eco, recordó algunas cosas y comenzó a sentir una ira horrible y casi asesina.
El rubio cenizo caminó directamente y entró en el callejón oscuro, aquel que era apenas iluminado por una farola cuya luz temblaba, estaba lleno de basura e incluso vio a algunas ratas.

Al adentrarse, pudo ver a tres sujetos sosteniendo a un cuarto, el cual gritaba y rogaba que no le hicieran nada. Notó enseguida, por sus uniformes, que eran policías, y aquel que ya estaba con los pantalones abajo, se la quería meter a otro policía.

— ¿Abusan de otro policía sólo porque es omega y sus feromonas huelen bien? — Preguntó en voz alta, enojado —. ¿Creen que eso es lo correcto? Se supone que todo el mundo pone su confianza en ustedes, pero resulta que el personal no está lo suficientemente filtrado. Ustedes deberían ser desvinculados y enviados a prisión.

Todos ahí le miraron, aunque aquel omega siendo obligado en el piso, se asustó. Especialmente cuando uno de los alfas se levantó con notoria ira.

— ¡No le hagan nada! — Gritó el policía omega, con pánico.

Luka sonrió, y mientras el sujeto intentó golpearlo con un puñetazo, le esquivó y en un movimiento rápido, golpeó detrás de su rodilla izquierda, después su estómago y seguido pateó su cara, haciéndole caer al piso.

— Maldito cabrón —Otro se levantó y sacó su arma de servicio—. Vas a pagar esta mierda, ¿Quién te crees que eres? Ahora, te vas a quitar la ropa y seguirás mis órdenes.

— ¡No hagas algo como eso, déjalo en paz! —Gritó nuevamente el omega, quien trataba de levantarse, aunque, al intentarlo, el alfa frente a él le dio un fuerte puñetazo en la cara, seguido de otro y otro.

—Quédate quieto, puta, que todo esto empezó por tu culpa — Escupió en la cara del omega, sintiéndose muy superior en ese momento.

— Oye — El policía miró al omega que sangraba de su nariz y al otro alfa —. No le arruines la cara, es bonito, y podría servirnos varias veces más. Además, no queremos que los demás sospechen.

— Es que el idiota no se calla nunca.

Luka aprovechó la distracción, y de un movimiento le hizo soltar el arma, para después patear su estómago y darle un puñetazo en la cara.

El rubio cenizo se sentía enojado, la escena que veía y el avance que tenía, lo hacía sentir irritado.

Se preparó y descargó su ira contra el tercer policía, el cual, no dejó de rogar que se detuviera, hasta que quedó inconsciente.

— ¿Estás bien? —Preguntó, acercándose al omega castaño, el cual intentaba ordenar su ropa.

— G-Gracias... — Susurró, con voz quebrada.

Sus lágrimas caían sin control para mezclarse con el agua de lluvia y su propia sangre, se le notaba triste, decepcionado, dolorido y avergonzado.

— ¿Dónde vives? — Preguntó Luka, mientras la lluvia se llevaba los rastros de la sangre que salpicó en su rostro—. Te llevaré a casa, está lloviendo muy fuerte y yo iba hacia mi auto, por lo que puedo dejarte en donde me pidas.