Ahora estaba viajando entre las nubes. Su pequeñito bebé descansaba en su regazo, cubierto por una cobija azul casi celeste. Y allí estaba, atravesando aires europeos, arribando hacia Italia solo para ver al jodidamente hermoso amor de su vida.
Los planes habían sido cambiados. Se suponía que a Taehyung lo trasladarían a Corea en cuanto fuese posible y allí sería su reencuentro con todos, pero, debido a las ansias de Jungkook, decidieron trasladarse ellos a Italia para acompañarlo en su recuperación.
Y el omega estaba emocionado, aunque temeroso. No sabía en qué condiciones se encontraba su alfa ahora mismo, no sabía que tan lastimado estaba externamente. Solo sabía que apenas lo vería, se echaría a llorar.
Tras aterrizar en Roma, Jungkook y su bebé, junto a Jimin y una pequeña porción de la familia de Taehyung, se dirigieron en autos escoltados por guardaespaldas hacia el hotel en el que se hospedarían durante su estadía allí.
El castaño ni siquiera sintió ganas de curiosear su cuarto de hotel, ni de detenerse a contemplar los increíbles lujos de este, ni la maravillosa vista. Solo tenía mente para Taehyung. Por lo que, apenas cambió el pañal de su pequeño y lo alimentó, lo dejó al cuidado de Jimin, listo para partir hacia el hospital, el cual, al parecer, no quedaba muy lejos de allí.
Fue una alegría para él saber que el hospital solo estaba a pocas cuadras, por lo que podría visitarlo sin problema cada día y regresar para estar con su hijo.
Shinhye, la madre de Taehyung, y Jungkook ya estaban allí, a escasos minutos de ingresar a la habitación en la que se recuperaba el alfa. El corazón del omega latía desbocado, sus manos sudaban un poco por el nerviosismo, por la incertidumbre, por el desespero.
Se encontraban atravesando un corredor de ambiente frío y aséptico, escuchando las palabras de un médico que los guiaba. Pero Jungkook no entendía su dialecto, mas no importó, nada importó un segundo después, cuando sus pies ya pisaban el cuarto de Taehyung y sus ojos vislumbraban la figura de su alfa tendido en aquella camilla, rodeado de monitores, conectado a cables y a tubos repartidos por su cuerpo.
Su corazón se oprimió al instante, y sus ojos se cristalizaron.
—Tae… —murmuró con su voz quebrada, dejando que las lágrimas resbalaran por sus mejillas mientras se acercaba con cautela.
Los ojos del mayor brillaron y una débil sonrisa asomó en su rostro, el cual para sorpresa de Jungkook no llevaba ningún rasguño.
—Amor… —apenas consiguió decir el alfa con su voz rasposa, moviendo ligeramente una de sus manos que descansaban sobre la sábana.
El de cabellos castaños sollozó, tomando con extrema delicadeza aquella misma mano, envolviéndola entre las suyas, cuidando de que no se saliera el aparatito que controlaba su pulso desde uno de sus dedos.
—Tae… n-no tie-tienes idea de… d-de…
—Shh… Tranquilo, bebé —interrumpió en voz baja y carraspeó—. Todo está bien ahora, ¿no… no te lo prometí?
El omega asintió sin dejar de derramar lágrimas. Habría deseado decirle que en ningún momento desconfió de su palabra, que siempre creyó fielmente en él, pero era mentira. Y la prueba estaba en su antebrazo aún vendado, cubierto bajo la manga de su suéter.
—Mio figlio. —se oyó de pronto la voz de Shinhye, quien se había acercado del lado contrario, luciendo verdaderamente dichosa de volver a ver a su hijo.
—Má —el alfa le dedicó una sonrisa, mientras la observaba—. E bello vedervi.
Jungkook notó que los ojos de su suegra también se llenaban de lágrimas, pero sabía que eran de felicidad.
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SUBLIME DOMINACIÓN. ➸taekook
Fanfiction❝ Jeon Jungkook, un omega amante de las noches de descontrol, tendrá que renunciar a todo cuando Kim Taehyung, un dominante alfa, lo reclama como suyo en una fiesta que marcaría el inicio de un ardiente infierno para ambos.❞ ⓘ créditos a: @lwtmysun;...