Capítulo 1

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- ¡Nicolle! ¡Una vez más vas a llegar tarde como no muevas ese culo de una vez! —me retorcí en mis sábanas, intentando pasar olímpicamente de mi hermana. ¿Cómo hacerlo si no paraba de gritar? — ¡NICOLLE, VOY A SUBIR EN DOS MINUTOS, ¡COMO NO ESTÉS VESTIDA...!

— iVOY! —grité desde la otra punta de la casa.

Ese día sería, no solo el primer día de clase, si no que sería en un nuevo instituto. Nuevas caras, nuevos amigos, nuevos enemigos, nuevas historias... Realmente no sabía lo que me esperaba en ese instituto. Lo único que sabía era que ese era uno de los mejores institutos de la zona, y, por magia del destino, yo estaría ahí durante el curso. En sus largos y extensos pasillos, paseando por los amplios patios que tenía... El sueño de cualquier padre para sus hijos.

Aunque, por maravilloso que fuera todo, mi objetivo seguía siendo claro, y solo uno. Obviamente, querido lector, no te lo puedo contar aún. Ya sabes, todo perdería la magia. Lo que sí que deberías saber es que, en ese sitio, no todo es lo que parece, y no deberías confiar en todos.

Iba completamente perdida por los pasillos cuando me choqué con algo, o mejor dicho alguien, que no parecía ser precisamente blando. De hecho, apostaría a que iba al gym. Mi desordenada carpeta y todos mis libros cayeron al suelo. Tampoco hice nada para evitarlo, todo hay que decirlo.

—¿Podrías mirar por dónde vas? —preguntó una voz. Muy arrogante, por cierto. Seguramente la persona con la que me había chocado, no le di importancia.

Ignorándolo, me agaché para recogerlo todo y levanté la mirada para ver al causante de todo eso.

Un chico. Su rostro parecía tallado por la mismísima Afrodita. Era jodidamente atractivo, afirmaría que la persona más atractiva que había visto en mi vida. Era simplemente perfecto. Mandíbula marcada, ojos ligeramente rasgados, de un color azul eléctrico hipnotizante, pelo rojo oscuro, ligeramente desordenado, que le tapaba suavemente las orejas; alto, con brazos definidos... Su postura era segura, sabía lo atractivo que era, aunque parecía bastante creído. Tal vez debería ir con cuidado con esa persona. O tal vez haría lo que me diera la gana y ya.

Después de analizarlo todo completamente con la mirada, me di cuenta de que me sonaba un tanto familiar, pero no sabía por qué. Tal vez el cansancio estaba empezando a afectarme gravemente. Digo, semejante rostro sería difícil de olvidar.

—¿Vas a decir algo o te vas a quedar mirando? —La voz de ese chico tampoco se quedaba atrás. Tal vez, si hubiera estado de pie, me hubieran temblado las piernas y todo.

—Yo... —cualquier posible temblor desapareció al recapacitar lo que había dicho. Se podría decir que si, era una chica bastante intensita —De hecho, sí. Iba de bólido y tú te me has metido en medio. Tal vez, si hubieras movido tu culo y te hubieras apartado, esto no hubiera pasado. A parte, creo que he acabado yo peor que tú. —seguí cogiendo mis cosas, haciendo una pausa— Así que, si te crees que me voy a disculpar, lo llevas claro.

Se agachó y se puso a mi altura con una arrogante sonrisa. Seguro que creía que me iba a intimidar, aunque fuera un poco. Pues sí, pero no se lo diría.

—No me importa. Creo que deberías mirar por donde vas. —Su tonta sonrisa seguía pegada a su cara, no creía que desapareciera pronto.

—Y yo creo que eres un imbécil, y aquí sigo.

Ups.

—Oh, no te recomiendo que vayas así por la vida, coletitas. —dicho esto, se fue.

¿Coletitas? Podría ser más creativo, al menos. Nah, creatividad seguro que tendría solo para crear posturas en la cama, no para motes de mierda.

True Hate (TL1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora