Las puertas se abrieron dando paso al hermoso hombre, un traje blanco con una capa dorada, pasos firmes se escucharon.
-La emperatriz está aquí.
Gritó un hombre anunciando su llegada, el emperador ni se inmuto, ni a la doncella que tenía en sus piernas casi desnuda, solo dejo que el pelonegro empezará su acto de celos para mandarlo a encerrar como de costumbre.
-Emperador. -Cayó de rodillas frente a él, algo que lo sorprendió, a todos los que había en la sala, de hecho, todos sabían lo orgulloso que era la emperatriz, bajo la mirada dejando caer sus lágrimas. -desde este día...renuncio a ser tu emperatriz. -Se sacó la corona y la dejó al pie de las escaleras, el sonido de asombro que soltaron todos se escuchó en todo el salón. -Es suficiente, me rindo, haz lo que quieras, ya no me importa. -Se puso de pie y safo lo que daba sostén a su capa haciéndola.caer con un ruido sordo, comenzó a sacar los botones de su traje hasta dejarlo caer al suelo, sus pantalones fueron los siguientes, dejando ver su pálido cuerpo, más la pequeña casi invisible pancita que llevaba. -Fue suficiente soportar todas las humillaciones que me causaste al dejarme de lado como tu esposo. -Sus manos cubrieron su cuerpo y de inmediato fue cubierto por ropa.comoda de color blanco. Se sacó el anillo de bodas y todas las demás joyas que llevaba. -Dame lo que necesito para poder irme de una vez.
El emperador seguía tieso.
-No...no te irás, eres mio y si renuncias a ser mi emperatriz te enviare al calabozo más oscuro del palacio.
-Ok. -Se volteó y dio la vuelta hasta donde estaba el capitán de la guardia real. -Lléveme.
-Le extendió sus manos, el hombre miró al rey quien ardía en rabia.-Esposenlo y llevenlo al calabozo más oscuro que encuentren, encierrenlo y tiren la llave. -El hombre esposo las muñecas de la emperatriz.
-Si haces esto no volverás a ver la luz del sol.
-No me importa. -Dijo bajo siendo llevado.
-Suplicaras regresar, llorando a mis pies para que te perdone y no lo haré.
-No lo haré.
Salió de la sala esposado, el rey gritó de impotencia, para después sentarse en el trono y la chica que antes estaba a su lado, se sentó en sus piernas por lo que con un empujón la lanzó por las escaleras y luego la hizo cenizas.
-Emperatriz por favor solo regrese y pida perdón, no quiero hacer esto.
-Silencio.
Cuando llegaron al lugar el cual era alumbrado por una pequeña lámpara, abrieron la puerta y lo metieron dentro después de quitarle las esposas, cerraron la puerta y todo quedó en total oscuridad, el pelinegro miró su nuevo hogar y solo suspiro cansado antes de caer inconsciente al suelo.
~
En oscuro pasillo se escuchaban gemidos lastimeros, el pelinegro estaba sobre la vieja y maltratada cama con las piernas abiertas y una enorme barriga, apenas había roto fuente, estaba muy débil, apenas podía respirar el oscuro lugar más lo incómodo que estaba no le permitía ver lo que hacía, su pequeño entre sus piernas era lo más importante ahora.
-V-vamos pequeño ayúdame. -Jadeo adolorido con los ojos apenas abiertos logró dar a luz luego de varias horas, su decil cuerpo casi cayó inconsciente cuando tuvo a su pequeño en brazos. -Bienvenido amor. -Susurro intentando que el llanto cesará para darle de su pecho, había adelgazado mucho y cuando le daban comida una vez cada dos días si se acordaban debía dividirla no sabría si le volverían a dar otras vez.
~
-Que está haciendo la emperatriz
Pregunto molesto, estos meses el emperador estaba insoportable, debido a que solo la emperatriz era capaz de calmarlo.
-mi señor la emperatriz, él... él está dando a luz.
-¿¡Que!? -Se escuchó en toda la sala. -Como...como que dando a luz.
-Sí mi señor, los guardias que cuidan la celda vieron a la emperatriz dando a luz. -El emperador salió rápidamente hasta donde estaba la celda, la oscuridad era demasiada por lo que chasqueo los dedos y las lámparas se encendieron iluminando el pasillo, cuando llegó a la puerta pudo escuchar la respiración calmada del otro. -Abran la maldita puerta. -Las bisagras rechinaron en todo el lugar. -¿Qué es esto? -Vio a su emperatriz tirado en la vieja cama aún con las piernas abiertas y pudo notar que el pequeño aún estaba conectado a su cuerpo. -¿Qué haces?
Volteó débilmente y vio al que antes era su emperador, simplemente lo ignoró y siguió amamantando al pequeño, sus dedos hicieron tijeras y cortaron el cordón umbilical, después puso sus manos delicadamente sobre el pequeño y lo cubrió con ropa calentita.
-En serio seguirás así, planeas morir en esta celda.
Rodó los ojos y arrullo a su bb.
-Deja de molestarme, no estoy de humor para lidiar contigo ahora.
-Cuando te embarazaste, pq no me lo dijiste.
Cerró sus ojos y después de que el pequeño se durmió hizo un gesto desesperado y una pequeña y cada cunita apareció delante de sus ojos, dejó allí al bb y miró al hombre delante suyo.
-Tal vez si me hubieras puesto la atención que merecía como tu esposo y no un simple adorno hubieras notado algo, pero no, estabas más comodo durmiendo con las concubinas de tu harem a que conmigo que era tu jodido esposo, no me vengas a exigir nada Moon Bin, no tienes derecho. -Aunque sus piernas temblaban y tenían sangre por haber dado a luz sólo no impidió su actitud firme, se volteó dejando ver su cuerpo desnudo.
-Puedes vestirte.
-Puedes largarte, estoy cansado y adolorido.
-Me iré pero mi hijo se irá conmigo.
Una pequeña risa seca se escuchó en el diminuto cuarto.
-Pones un solo dedo sobre mi hijo y te juro que te vas de aquí con un hueso roto.
El emperador no hizo caso a la amenaza, fue uno de los peores errores que cometió, desafiar a un dark era una sentencia de muerte.
-Te dije que no lo tocaras. -El pelinegro lo alzó con un movimiento y lo estampó en la pared. -Lárgate antes de que te mate. -Expulsó al emperador de la celda y cerró la puerta fuertemente haciendo retumbar todo, por lo que despertó al bb, rápidamente olvidando su furia cargo a su retoño y lo mimo con cuidado.
~
-Majestad está bien. -Se levantó como si nada.
-Aún lo tiene. -Suspiro.
-Qué hacemos con la emperatriz.
-Déjenlo descansar un poco, está estresado, alimentenlo bien, tiene que dar pecho.
-Pero y el bb.
-Vendré por él en otro momento. -Camino sobando su espalda, le dolió un poco. -Llama a todas las concubinas de mi harén. Ordenó, minutos después todas las jóvenes se mostraron ante él, eran alrededor de 25 chicas. -Ya no sirven para nada, recojan todas sus pertenencias, serán enviadas a otro reino. -Dijo sin más, las jóvenes algo tristes, unas molestas salieron excepto una, la primera concubina.
Gabrieladfhhfjf este es el enlace del grupo de whats, esta mrd no me deja responder
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Emperatriz-Binwoo
FanfictionDespués de ser dejado de lado por su esposo, el emperador, Eun Woo decidió dejar todo de lado, buscando así proteger a su hijo que apenas medía unos centímetros. Decide enfrentarse a su esposo, aún si eso conlleva renunciar a su lugar como emperatr...