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–Ya no sirven para nada, recojan todas sus pertenencias, serán en ondas a otro reino. –Dijo sin más, las jóvenes algo tristes, unas molestas salieron excepto una, la primera concubina.

–No entendiste.
 
–Majestad, a que se debe esto.

–No tengo que darte explicaciones.

–Señor soy su primera concubina, merezco una explicación.

–No mereces nada, eras como las demás, solo tenías un título, nada más. –La alzó acercándola a él. –Mi emperatriz dio a luz hace poco, el verlas a ustedes, se sentía incómodo, no queremos ver a la emperatriz incómodo verdad. 

–Pero majestad, usted dijo que no lo amaba.

–Mira pequeña puta, tu no eres más que mi juguete y ya no me sirves, recoge todas tus cosas y lárgate de aquí antes que te mate. –La lanzó lejos. –Cierra el harén, no quiero ver a más ninguna de estas mujeres aquí.

–Si emperador. –Dijo y salió haciendo una reverencia.

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El pelinegro sonreía viendo con amor a su bb, era precioso.

–Mi hermoso Seok Jin, serás el príncipe más hermoso del mundo. –Beso su naricita y el pequeño estornudo haciendo a su padre morir de ternura. –Despacio, despacio, es toda tuya. –Dijo acariciando el suave cachetito del menor.

–Emperatriz. –La puerta se abrió y el pelinegro alzó su mano creando muchas armas que apuntaron al hombre en la puerta. –Venga por favor. –Levantó una ceja. –Son órdenes del emperador.

Gruño, todavía estaba molesto con él, se levantó y creó una manta que sostiene a su pequeño mientras comía de su pecho, com su mano aún alzada hizo que las armas estuvieran a su alrededor siguió al hombre, cuando salió al pasillo la luz lastimo un poco sus ojos, por lo que los cubrió, mientras caminaba todos se inclinaban ante él con respeto, hasta que alguien no lo hizo, haciendo que se detuviera.

–A qué se debe tu falta de respeto. –Preguntó a la concubina aún mirando al frente. 

–Merezco el mismo respeto que tu, no tengo que inclinarme ante ti.

Río y una de las armas se dirigió al cuello de aquella mujer.

–Querida, no te compares conmigo, tu solo eres una zorra con la que marido se acuesta, no eres absolutamente nadie comparada conmigo, yo soy la emperatriz, tú una simple concubina que estas aquí pq así lo he permitido yo.

–En serio, te recuerdo que renunciaste a tu puesto, fácilmente yo podría ser la nueva emperatriz. 

–Tienes razón, yo renuncié, me humille y pedí que me encerraran, pero aún así, aún lo soy, tu emperador no quiso renunciar a mi, razón una, yo soy un dark, uno de los originales, segunda, tengo al hijo del emperador, tercera, es a mi a quien quiere él.

–Después de acostarse con más de 30 mujeres, yo incluida.

–Tienes razón, pero no me importa, si yo quiero el emperador se arrodilla a mis pies, justo lo va a hacer ahora no te preocupes, en fin ya puedes largarte. –Se echó atrás y siguió su camino, hasta que algo afilado se encajó en su espalda y sangre brotó de su boca al suelo, la chica sostenía la daga que anteriormente tenía en el cuello. –No se si eres valiente o simplemente estúpida. –Hizo que su bb flotaba arriba en una burbuja y se volteó, en su mano apareció la daga con sangre. –Desearás no haber nacido. –Escupió sangre y elevó a la chica. –Te haré sentir tanto dolor que puede que en tus próximas bodas aún tengas las cicatrices. –La chica comenzó a gritar cuando sintió el horrible dolor intenso, sangre en cantidades comenzó a salir de su boca, mientras gritaba fuertemente. –Sabes lo que hice. –Preguntó con una sonrisa. –Acabo de estallar uno de tus pulmones, empezarás a sentir como te falta el aire cada vez más,  hasta morir. –Volvió a levantar la mano y cientos de gritos se escucharon. –Muérete zorra, en tu próxima vida asegúrate de ver con quién te metes. –La aventó tan fuerte contra el suelo que su cabeza estalló, todos sus órganos internos reventaron dentro de ella causándole una muerte rápida. –Disfrutaste el show. –Dijo sin voltearse, limpio su cuerpo y otra vez su bb estuvo en su pecho protectoramente.  

–Nunca había visto algo así.

–No fue nada, para que me llamaste.

–Sígueme.

Lo siguió hasta la sala del trono.

–Para que me llamaste.

–Entregame al pequeño.

–Creo que el espectáculo que di hace un momento no fue suficiente para ti verdad.

–Mira…

–No, mirame tu a mi… que mi momento de debilidad hace meses no te haya dado ilusiones, recuerdalo, fue la última y primera vez que me humille ante ti, no pasará jamás y si no estas feliz con nuestro hijo no te preocupes, yo me largo, como te dije, jamas me volveré a humillar ante ti ni nadie, puedes quedarte con tu harem, aunque tu favorita ya pasa al otro lado, te advierto si alguna de tus putas aparece en mi camino me encargaré de matarla y dársela de comer. –Hizo una ligera reverencia y  se volteó.

–No te vayas.

Emperatriz-Binwoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora