03 "Sᴇᴄᴜᴇsᴛʀᴏ"

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Meliodas se encontraba cada vez más inquieto por los recuerdos perturbadores de sus encuentros con Zeldris, que lo atormentaban día y noche. A pesar de su deseo de unirse a los Siete Pecados Capitales en sus misiones, Elizabeth y los demás le aconsejaron que se quedara en la taberna por su propio bienestar.

Sentados en una esquina tranquila de la taberna, Hawk compartía un plato de sombras con Meliodas. "Oye Meliodas, sé que no soy el más fuerte de los aquí presentes, pero siempre estoy listo para defenderte, incluso si eso significa luchar contra sombras", dijo Hawk con un gruñido sincero.

Meliodas sonrió con afecto y agradecimiento. "Gracias, Hawk. Sé que puedo contar contigo", respondió, sintiendo un leve alivio en su corazón.

Elizabeth se acercó con una taza de té de manzanilla y tomó suavemente la mano de Meliodas. "Meliodas, aquí tienes tu té. Estoy segura de que te ayudará a relajarte un poco", dijo con una sonrisa preocupada pero reconfortante.

Meliodas asintió, sintiéndose abrumado por el amor y la preocupación de Elizabeth. "Gracias, Elizabeth. Tus palabras significan mucho para mí", murmuró mientras aceptaba el té y tomaba un sorbo, sintiendo cómo la calidez del té se extendía por su cuerpo tenso.

La conversación continuó en un tono suave mientras Elizabeth continuaba brindando apoyo emocional a Meliodas. "Meliodas, sé que estás pasando por momentos difíciles. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre", dijo con sinceridad, apretando suavemente la mano de Meliodas.

Meliodas miró a Elizabeth con gratitud y cariño. "Gracias, Elizabeth. No sé qué haría sin ti", dijo sinceramente, sintiendo cómo su corazón se calmaba con la presencia reconfortante de su amada.

Más tarde, cuando la noche envolvió la taberna en una tranquilidad sosegada, Elizabeth sugirió que ambos deberían ir a descansar. "Meliodas, creo que sería mejor que ambos durmamos un poco. Hawk ya está profundamente dormido en el suelo", comentó mientras se levantaba y ofrecía su mano a Meliodas.

Meliodas, nervioso pero confiando en Elizabeth, asintió y la siguió hacia la habitación. Elizabeth se acomodó primero en la cama, dando espacio a Meliodas para que se acomodara a su lado. "Meliodas, ¿quieres hablar un poco más antes de dormir?", preguntó suavemente, buscando distraerlo de sus preocupaciones.

Meliodas se acostó junto a ella, agradecido por su presencia tranquilizadora. "Elizabeth, tus palabras y tu amor son mi ancla en estos tiempos turbulentos", confesó sinceramente, sintiéndose más ligero mientras compartía sus pensamientos y temores con ella.

Antes de quedarse dormido, Elizabeth inclinó suavemente la cabeza y le dio un dulce beso en la frente. "Buenas noches, Meliodas. Estoy aquí contigo", susurró con ternura, deseando que sus palabras pudieran aliviar el corazón de Meliodas.

Meliodas cerró los ojos con gratitud, sintiéndose seguro y amado. Sin embargo, en medio de la noche, un ligero ruido perturbó su sueño. Pensando que los otros Pecados Capitales habían regresado temprano, se deslizó silenciosamente de la cama y bajó las escaleras, solo para encontrarse con Hawk profundamente dormido en el suelo.

El ruido, en realidad, no significaba peligro alguno. Pero Meliodas sintió cómo la sombra de su tormento interior volvía a oscurecer su mirada. Sin decir palabra, salió sigilosamente de la taberna, dejando atrás a Elizabeth que dormía plácidamente.

El suave cierre de la puerta despertó a Elizabeth, quien rápidamente notó la ausencia de Meliodas. Alarmada, se levantó de un salto y buscó por toda la taberna, sin encontrar ni rastro de su esposo. Hawk también se unió a la búsqueda, pero ninguno de ellos tenía idea de que Meliodas ya no estaba entre ellos, sino en camino a un destino desconocido con Zeldris.

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⏰ Última actualización: Jul 12 ⏰

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Bᴀᴊᴏ ᴇʟ ᴍᴀɴᴅᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ - ᶻᵉˡⁱᵒᵈᵃˢ/ᴿᵉᵉˢᶜʳⁱᵇⁱᵉⁿᵈᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora