Hyung... Recuerdas la ves que fuiste a mi casa por primera vez?
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—Hola señora Jung...
—¡Oh! Hola Seung ¿Como estas? ¿Donde esta Saejin? ¿Lo dejaste solo? —El pequeño negó con la cabeza.
—Estábamos haciendo una carrera, el se cansó y yo gane —Rio maliciosamente.
Quizas el humor de los dos pequeños no era el mejor...
—Oh... Pero si eso no hacen los amigos, los amigos esperan al otro.
—Pero era una carrera! ¡Yo no quería ser el huevo podrido! —Se encogió de brazos mientras hacia un puchero de molestia, ante esto la señora río con ternura.
—Mamiiii —Se escuchó una voz acercándose con alegría.
Una voz que desde la primera ves que la escucho, le pareció lo más lindo que puede existir en este mundo.
—¡Mi niño! ¿Como estas? ¿Como te fue? ¿Hiciste más amigos?
El pequeño asintió emocionado, la madre no pudo contenerse al ver al niño y lleno su carita de tiernos besos suaves.
—¿En cerio? ¿Quienes? Vamos al coche... En el camino me lo cuentas, ¿Si? —La madre tomó al pequeño de la mano para empezar a caminar, pero un fuerte Jalón hizo que se detuviera y devolviera la mirada.
Saejin estaba abrazando fuertemente a Seung, este tenía una pequeña sonrisita.
—No quiero dejar solo a Sungnnie.
Así es, Saejin ya le había puesto un apodo a Seung.
—Ya... Ya Saejin... Mañana nos vemos... —El pequeño le daba palmadas en la cabecita del menor.
—Ño... —Se apego más al mayor, derritiendo su pequeño corazón.
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Jamás te gusto el contacto físico...
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