CAPÍTULO 2

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Lía Ibars.

Camino a pasos rápidos, otra vez estoy llegando tarde a clases, menuda estudiante responsable soy. Mi hermano Larry se cansó de llamarme para que despertara.

Estoy un poco agotada... Me puse a limpiar en cuanto llegué de la universidad, y la cena no se iba a hacer sola.

—Disculpe,—digo entrando al salón—¿Puedo pasar?

La profesora se lo piensa unos segundos, hasta que me mira fijamente, y habla:

—¿Eres nuevo ingreso?

Asiento.

—Sí, lo soy.

—Lo siento, pero no puedes pasar, la clase ya inició—me mira de mala gana y cierra la puerta.

Siento una furia enorme por dentro, me siento impotente. Ojalá pudiera hablar con la presidenta o directora, no me importa quién sea, solo me gustaría recibir ayuda.

Todo transcurría aburrido, no me importaba mucho la historia de ciertas palabras del latín, es decir, no todas tienen sentido para mí.

Así que al pasar por el patio, llegando a la cancha enorme de la universidad, mi móvil comienza a sonar, y vi perfectamente el número de quién llamaba... ¿No podía molestar en otro momento?

Me alejo lo más que puedo del bullicio de las personas.

—¿No tienes algo más que hacer?—me pongo el móvil en el oído.

—Vaya, así me hablas... No te molesto entonces—bufa.

—Da igual—ruedo los ojos—Cuéntame, ¿que necesitas?

—¿Tengo que necesitar algo?—dice sarcásticamente—Dijiste que quedamos como amigos, ya sé que no es verdad.

—deja el drama—lo detengo—Simplemente que los ex's no se llaman ni escriben después de terminar. Te dije que seriamos amigos, pero de los que son distantes, ¿entiendes?

—Ya entiendo el desprecio. Disculpa, no te volveré a llamar.

—¿Podrías no hacerte la víctima? Te fuiste con otra, te recuerdo.

—No fue así, y lo sabes.

—¿Entonces cómo fue?

—¿Sabes qué? Déjalo así, hablamos otro día.

—¿Ah sí?—me reí,—¿El día que termines con ella? No gracias, ya bastante tengo con la universidad, mis hermanos, y mi vida personal en si.

—¿Ya empezaste la universidad?—dice ignorando todo lo que dije además de eso.

—Sí.

—Mmm... Vale.

¿Será que le cuelgo o no? No sé que hacer, quisiera hacerlo pero algo dentro de mi, no me lo permite.

—¿Problemas maritales?—dice una voz detrás de mi.

Y ese fue el impulso que necesitaba para colgar esa llamada. Casi me muero del susto.

—¿Desde hace cuanto estas ahí?

—Más de lo que me gustaría.

Miro su atuendo de hoy, un suéter grande de color azul oscuro, gorra negra, los lentes de siempre, y jeans negros.

—Así que... Tienes un ex molesto, ¿no?

—Eso no es tu problema.

—No, pero es un chisme que no me gustaría perderme.

AeternumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora