A Izuku no se le concedió compasión alguna, estaba pagando los pecados que no eran suyos, jamás supo lo que hizo para merecer eso.
Cuando encarcelaron al padre de Katsuki, el pequeño aprendio que para no salir herido tendria que herir a los demas.
A...
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Un infante se encontraba corriendo risueño al lado de sus amorosos y bondadosos padres.
Tenía la vida que todo niño quisiera tener, al menos fue así hasta el momento en el que todo se le fue arrebatado.
Todo lo que aquel infante poseía y más amaba en un abrir y cerrar de ojos se había acabado.
El padre de aquel peliverde murió en circunstancias poco claras, provocando que el reino entrará en época de caos, los consejeros optaron por realizar una rebelión por el poder pues el heredero era apenas un niño, prometieron que cuando cumpla los 15 podria gobernar.
La madre se opuso ante aquella decisión, sabia que eso no pasaria y le parecia una injusticia, fue un error cuestionarlos más si no estaba su amado esposo.
Debido a eso fue desterrada, aquel fue el castigo que se le otorgo.
Ahora el infante tenía que madurar demasiado pronto para el gusto de ella.
- Hijo mío, lo siento... desde ahora estarás solo, mi niño – el niño sin comprender la situación y con lágrimas en los ojos, vio a su madre partir de ese lugar mientras lo dejaba solo.
Así fue como lo perdió todo, su reino y a sus padres, al infante lo mandaron a un refugio en donde seria vigilado el resto de su vida, obligándolo a mantenerse por si mismo con los pocos recursos que se brindaban a cada fin de mes.
Jamas supo ejercer el poder que le correspondía, era hábil con la medicina y las hierbas, pero insensato en cuanto a relacionarse con otras especies se trataba, podría curarlas pero jamás encontrarlas.
Su castigo sin justificacion fue crecer lejos de lo que por nacimiento le pertenecia y estar encerrado en lo que seria su "hogar temporal" , porque al final de todo el pecado que cometieron sus padres fue confiar en quien no debian.
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