I'm only seventeen, i don't know anything, but i know i miss you...

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Sus piernas se enredaron casualmente en la sábana blanca y áspera de una cama que no era la suya, ni de la persona a su lado. Eran probablemente las doce del medio día, sin embargo, seguía teniendo un sueño terrible. Despertar tan tarde no significaba que hubiera dormido durante toda la noche, en lo absoluto.

Lo primero que sus ojos captaron fue el bien perfilado y atractivo rostro de Eric con la luz dorada sobre sus pestañas y los labios hechos un puchero dormilón. Ojalá tuviera la valentía de quedarse otro rato o al menos darle la cara antes de irse.
El calendario marcaba el último día de agosto, el final del campamento de verano y él mismo estaba contado las horas para salir de ese lugar y regresar a casa. La realidad es que no disfrutaba en exceso del clima humedo y caliente de Busan ni de la arena metida hasta en las orejas y sí, definitivamente sería el primero de esos dos chicos en irse.

Definitivamente no era porqué estuviera tan harto como parecía, ni porqué le urgía regresar a su casa en uno de los mejores vecindarios de Seúl, tampoco porqué no controlaba las ganas de regresar al último año escolar, sino porqué había algo en su interior que se oprimía cada segundo en compañía de ese chico, ni siquiera podía respirar con tranquilidad y procesar el olor de su perfume.

Era la culpa en su más grande esplendor, porqué ese no era un romance de verano, ni la revelación que estuvo esperando o una señal divina; era tan sólo un desliz, uno que no pudo controlar y que esperaba que no se le saliera de las manos. Tan sólo no podía evitar estresarse al sobre pensar en lo que pasaría una vez que iniciara la escuela. Por esa razón, durante todo el viaje de regreso se puso los auriculares de casco a un volumen peligroso, ignoró a todo mundo y repasó en su mente un sin fin de conversaciones, el comportamiento que tendría con Hyunjae, su novio, una vez quevolvieran a verse. Lo que sea para que no pudiera darse cuenta que definitivamente algo andaba mal.

Porqué su aventura estaba lejos de ser el auto de escape para su larguísima relación. definitivamente no quería deshacerse de Hyunjae.

Una distracción, eso era todo lo que representaba Eric, con su sonrisa felina y su mirada sensual que se transformaba en una ternura cuando lo hacía reír, por ello decidió que lo mejor era no volver a cruzar una palabra con el chico, lograría pretender que nada había pasado hasta que realmente se olviden del más reciente verano.

Sin embargo la planeación  tan maquiavélica no hizo más que ponerle los nervios de punta, por mas que intentases pensar frío, la culpa lo estaba matando, mientras miraba a través de la ventana del tren como las zonas rurales se alejaban a cada segundo, mientras una página de su kit de escritura se llenaba de líneas para su novio, la última carta de una serie de ellas que escribió todas las semanas del último mes contándole sos re su experiencia en un campamento de verano. Suspiró con fuerza queriendo estrellar la cabeza contra el cristal de la ventana y arrojarse a los caminos más grises de la ciudad urbanizándose.

El primer golpe en el corazón apareció ese mismo día por la noche, cuando llegó a casa y su madre lo recibió con una de sus famosas parrilladas en el patio trasero y la piscina encendida.

Las reuniones con sus amigos del instituto eran su especialidad. Los saludos de Jacob y su novio Kevin, fueron los primeros, acompañados de un Younghoon  terriblemente emocionado bastante cambiado con su nuevo peinado de cabello largo y rizado, haciéndole preguntarse si era así como se veía un mes de ausencia. Hankyeon y Changmin estaban como siempre, riéndose ante el comportamiento infantil de sus amigos chocando los cinco como si hubieran sido años desde la ultima vez que se vieron y no cuatro semanas. Supuso que el cabello agregó una pizca de dramatismo. Después del abrazo de su madre, Todo se mantuvo en silencio, a excepción de una vocecita tarareando una canción que a Juyeon le resultó difícil de identificar, entonces apareció Hyunjae desde la cocina, con un pastel en las manos, las velas encendidas en medio del pasillo oscuro y una sonrisa que le derritió el corazón, nubló su visión y le tiñó las mejillas de rojo ardiente. No pudo evitar besarlo una vez que estuvo lo suficientemente cerca como para notar el brillo flamante en sus ojos, justo ahí, en medio de toda esa gente que celebró con emoción el rencuentro de la pareja de oro

seventeen ♡ jujae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora